(Ezequiel Iacobone, Buenos Aires). A pesar de la heterogeneidad de su producción, había un género al que la televisión argentina le venía siendo esquiva: el terror.Aunque la década del `60 fue de abundancia para los cultores de este estilo, gracias a Narciso Ibáñez Menta, protagonista de gemas como Obras maestras del terror, El hombre que volvió de la muerte y El fantasma de la Opera, entre otras, la censura de la dictadura militar y los exiguos recursos de la televisión estatal terminaron borrando al terror de la pantalla chica y abriendo un vacío que duraría décadas.Recién en los años ‘90, gracias al rápido crecimiento de las productoras independientes, el género comenzó una tibia recuperación con la miniserie El garante, algunos episodios de Tiempo final -ambos realizados por la productora BBTV de los hermanos Borensztein- y Bajamar, la costa del silencio, dirigida por Fernando Spiner.Luego vinieron varios capítulos de Los simuladores, pero fue Resistiré, en el 2003, la que marcó el puntapié inicial para que la nueva camada de realizadores aportara lo suyo.A partir del 2004 es cuando se comienza a experimentar una verdadera explosión del terror en la pantalla, con una onda expansiva que repercute en Latinoamérica gracias a la penetración de los canales de TV paga. Actualmente son 4 los proyectos que incursionan en diferentes variantes del terror televisivo: Sangre fría (Telefé – Ideas del Sur), Epitafios (HBO – Pol-ka), Miedometrajes (Infinito – Flehner Films) e Historias de terror (Canal 7).Con respecto a Sangre fría, exponente local del terror juvenil iniciado con Halloween en 1977, Claudio Villarruel, director general de Contenidos y Programación de Telefé, afirmó que “los televidentes venían pidiendo una propuesta de ese tipo. Lo comprobábamos cuando poníamos el ciclo de películas de terror Terrormanía, que hacía un promedio de 15 puntos todos los sábados -dijo-. Nos parecía que había una veta por ahí”.Consultado sobre las semejanzas que puedan emparentar a Sangre fría con otros programas que abordan esta temática, Villarruel marcó diferencias: “Esto es terror adolescente, con una estructura diferente a otros proyectos. Son ciclos, aparecen naturalmente y están en el inconsciente colectivo de los que producen y crean”.En la misma sintonía está Luis Peraza, vicepresidente sénior de Programación, Adquisiciones y Producción Original de HBO Latin America Group, con respecto a su producto Epitafios. El directivo afirmó que es coincidencial que actualmente exista una preferencia por el terror en la pantalla. “Simplemente apostamos por contenidos de calidad, con algo más atrevido, pero no es premeditado -agregó-. Es una temática que tiene sus adeptos, que ofrece posibilidades de ir hacia situaciones un poco extremas, lo cual para la televisión por suscripción puede ser algo interesante.”Peraza está tan seguro de que HBO no se suma a una moda que aseguró que no se verá otro programa similar en la pantalla del canal: “No creo que volvería a aceptar un producto parecido a este. No nos vamos a andar repitiendo”.Mientras tanto, el estatal Canal 7, en asociación con el Instituto de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), hace su propia apuesta al género con Historias de terror, una serie de 12 capítulos con adaptaciones de clásicos del género. Más allá de las limitaciones presupuestarias, el objetivo es recrear aquellos ciclos de suspenso que realizaba Narciso Ibáñez Menta.Esta vuelta de Canal 7 a la producción de contenidos de ficción representa para Leonardo Bechini, director de Entretenimiento y Ficción de la Televisora Estatal, una oportunidad en los mercados del exterior. “Con nuestros propios técnicos y recursos queremos demostrar que podemos hacer cosas de nivel”, dijo. En ese sentido, la tira de terror podría seguir el mismo camino que De la cama al living, otro de los unitarios de la emisora que se verá en la pantalla de Canal 22 de México.Finalmente, y más allá de las diferencias, el canal Infinito está llevando a cabo el proyecto Miedometrajes, un concurso panregional de guiones de terror cuyos ganadores verán sus cortos en la pantalla del canal.Edi Flehner, titular de Flehner Films, que se asoció a Infinito en su desarrollo, habló sobre las diferencias con otros emprendimientos. “Aunque vamos a salir mucho más tarde, lo pensamos antes que Epitafios y Sangre Fría“, aclaró.Para Flehner, a pesar de su ausencia en la pantalla, en Latinoamérica “hay más proyectos de terror que los que la gente imagina. Desde América Latina hay algo valiosísimo que podemos llevar afuera como identidad y recurso económico: el talento creativo de su gente”.Mientras la televisión encuentra nuevamente en el terror un producto comercialmente viable, el género busca su lugar entre las telenovelas y las comedias costumbristas que inundan sus grillas. El mercado dirá si se trata de una moda pasajera o si contagiará definitivamente su pantalla.