Gustavo Razzetti, VP ejecutivo y director general de LAPIZ, considera que hay una relación de amor/odio con el arte entre los estudiantes. Esa fue una de las conclusiones a las que llegó Razzetti, tras participar en un proyecto de innovación, para mejorar la experiencia del arte en los estudiantes de la Universidad Estatal de Grand Valley en Michigan. Aunque los maestros celebren el trabajo creativo de los niños, no son capaces de divertirse en el proceso de enseñanza. Razzetti, en su blog, advierte que la experimentación es fundamental para la creatividad. “El dominio de una nueva habilidad toma alrededor de siete años. Si las personas dejan de tocar un instrumento durante las primeras semanas, ¿Cómo pueden aprender? ¿Cómo podemos crear una mejor relación entre el arte y aquellos que no son artistas? No puedo dejar de pensar en el Movimiento Creador que está animando a todos a convertirse en un inventor, un diseñador”. Cuestiona la rigidez de los adultos en criticar las expresiones artísticas de ellos mismos, impidiendo así dar rienda suelta a la creatividad. “¿En qué punto trazamos una línea que separa a los que saben cómo hacerlo (los artistas) y aquellos que no lo hacen? En qué momento los garabatos dejaron de ser divertidos y se convirtieron en algo más serio”.
