Desde pequeña, Rosa Clemente, socia y fundadora de Punta Fina, siempre supo que quería escribir. “Escribía cuentos, me inventaba historias, vivía en la luna, un poco”. Luego tuvo una salida repentina al periodismo, por la influencia de su casa. Trabajó en El Universal de Venezuela.
Más tarde se va a España a hacer una maestría de Escritura de Guion para Cine y Televisión, donde escribió su primera película. A su regreso, como ella asegura, comenzó a perseguir “literalmente” a Leonardo Padrón porque eran las telenovelas que se hacían en Venezuela que más le gustaban.
De ahí entró a escribir en el equipo de Girasoles para Lucía, que fue su primer proyecto. Luego, con César Miguel Rondón y Sony, donde escribió con Jesús Torres. Posteriormente se va a Colombia y trabajó en el equipo de escritores de Los caballeros las prefieren brutas, más tarde para Caracol y RCN. Siempre como escritora.
Aunque realizó varias producciones, su consentida es Pambelé, que fue con por la que conoció a 11:11 Films. Fue entonces cuando le presentaron la historia original de La hermandad a 11:11, quienes se la venden a Claro. “Comienza a producirse aquí en México con Claro video. Nos dimos cuenta de que era muy importante estar en el set”.
Por eso decide, junto a Raúl Prieto, con quien fundó Punta Fina, mudarse a México, pero dejando abierta la oficina en Colombia.
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