Carlos Sánchez, fundador y CEO de la empresa de doblaje Caaliope, comentó que nunca cerraron, pues desde febrero anticiparon la situación que estaban por vivir y tomaron precauciones.
“Todo lo que se invierta en programación y logística está bien gastado. Organizamos rutas, modificamos horarios, revisamos qué personas no tenían que estar en el estudio para enviarlos a casa a hacer home office. Trabajamos el protocolo con mucha seriedad, tratando al estudio como si fuera un quirófano” explicó. Una de las decisiones fue evitar que el personal viaje en transporte público, por lo que contrataron un vehículo.
En los estudios trabajan de 25 a 30 personas. Debido a que trabajan con material que requiere medidas de seguridad y que tienen contratos de confidencialidad, requieren personal en el sitio. Adquirieron micrófonos de tecnología alemana, para enviar a las casas de los actores que no podían o querían acudir.
Relata que la sanitización inicial del estudio incluyó el desmontaje y la limpieza a fondo de todos los equipos. “Aprendimos nuevas técnicas para mantener esta limpieza” comentó tras relatar que adquirieron uniformes, que se colocan encima de la ropa y que son muy útiles en esta situación. “En principio eran un regalo porque los estudios simulan una nave espacial y son como trajes de astronautas, pero resultaron mejor de lo que pensamos”.
Afirma que se sienten responsables por sus empleados y la decisión de seguir funcionando bajo cuidadosas medidas tienen que ver con no hacer reducciones de salario, ni afectar a las economías familiares.
Ver video de sanitización de las oficinas de Caaliope