“Un pitch debe no solo presentar un proyecto, sino a nosotros mismos, por lo que, además, debe generar empatía” dijo Marian Sánchez, fundadora de Storytelling Studios. “Tenemos que ser lo suficientemente inteligentes como para investigar a quién le hablamos y generar el mayor impacto” dijo, tras afirmar que en un pitch la estrategia es fundamental.
Sánchez afirma que, además de vender el proyecto, hay que responder a una serie de preguntas: ¿Cuál es el propósito a largo plazo? ¿Llegamos con nuestro proyecto en su mejor expresión y con las mejores posibilidades? ¿Qué me ofrece el lugar donde voy a pitchear y qué ofrezco yo de acuerdo con lo que sé del mismo? “Estas son las bases del método que he creado, en el que el pitch no solo funciona como herramienta de venta, sino también de reescritura y de gestión de carrera” dijo, tras comentar que algunos de sus discípulos, teniendo claridad en lo que buscan obtener, obtuvieron de su presentación un contrato firmado, aunque presentaran un proyecto que no era el que esperaban los compradores.
Asegura que pitchear bien es de importancia vital. “Dejar una huella y ser memorable posibilita que te recuerden y te llamen por una asignación de escritura o dirección”.
El pitch también incluye crear un e-mail efectista o contar en dos minutos un proyecto a la persona correcta si la encuentras en un pasillo. “Vivimos pitcheando sin darnos cuenta. Una buena historia mal contada suena a mala historia. Es hora de concientizarlo y tomar las riendas de nuestros pitches” dijo.