Romina Núñez Cano es una sonidista chilena con raíces aymara con casi dos décadas de trayectoria. Trabajó en el sonido directo de títulos como Héroes invisibles (Parox) o Neruda (Fabula), y en el diseño de sonido de Héctor y otros títulos.
“El sonido es un mundo por explorar. Hay muchos creadores de proyectos que todavía no le toman el peso a lo que significa trabajar con esta herramienta que es el sonido. Me encanta trabajar en proyectos que le han dado importancia al sonido desde el inicio” comentó Núñez Cano.
La sonidista disfruta de un trabajo que le permite balancear entre salir a la calle (sonido directo) y concentrarse en el estudio (posproducción), y siempre le brinda la posibilidad conocer historias nuevas. “Es un trabajo que no da para aburrirse” apuntó.
Una familia dedicada a la música influyó en su vocación, pero ella trazó un camino propio: en la Universidad Tecnológica Vicente Pérez Rosales de Chile estudió Ingeniería y descubrió su pasión por la posproducción de sonido; en Escuela Internacional de Cine y TV de Cuba conoció el aporte del sonido a la narrativa; y en España aprendió producción multicanal y adquirió experiencia durante seis años. Trabajó en la sala de control de emisión en directo de un canal de Valencia y luego se trasladó a Barcelona, donde participó en creaciones audiovisuales, teatrales y artísticas del Centre de Cultura de Dones Francesca Bonnemaison y más tarde se sumó a la productora Sunomonofilms.
Fue en España donde —con créditos para emprendedores— compró sus primeros equipos de sonido directo y fundó Amukim (silencio en aymara). Cuando en 2012 regresó a Chile mudó su equipamiento y continuó con la compañía en su país natal. Al tiempo fundó otra empresa, Sónica Films, para posproducción.
Actualmente trabaja en sonido directo para Monguen (documental sobre la maternidad pehuenche) de Antonio Caro, y Memoria implacable (sobre la Ocupación de la Araucanía y la Campaña del Desierto) de Paula Rodriguez, con producción de Paola Castillo. Además, está realizando el diseño sonoro (posproducción) de Cazadora, película de Martin Duplaquet, y trabajando para la instalación El mar se viste de pluma y el hielo se pinta de rojo (sobre la matanza de pingüinos en la Patagonia chilena) de Josefina Gilisasti, para presentar en Barcelona.
Romina ha trabajado con mujeres y con hombres, pero confiesa que intenta trabajar con mujeres: “Siento que mi labor como profesional es tenderle la mano a la sonidista que viene. En la práctica, las mujeres somos más cuidadosas y detallistas, tenemos otra forma de mover una cámara, una caña o guardar un equipo. La mujeres tenemos formas diferentes de ver la vida. Nuestra forma de expresarnos hace falta” comentó.
También destacó la importancia de las organizaciones de mujeres (entre ellas Nosotrasaudiovisuales) para mejorar el trato que reciben en el ámbito profesional y para ayudar a impulsar el trabajo y la industria.