Para Ricardo Coeto, CCO, y Francisco Cordero, CEO, ambos fundadores de BTF Media, el mayor reto de producir Maradona, el sueño bendito, junto a Dhana Media y Latin We, fue coordinar una producción con cinco distintas culturas en el mundo de la producción, además de trabajar en cinco países. El idioma en Italia fue otro de los desafíos al igual que trabajar con un equipo de más de cinco mil personas durante más de 200 días de filmación.
Además, enfrentar una historia de un personaje tan polémico como Diego Maradona, querido y odiado. Ambos afirman que el respeto y cariño con el que se llevó a cabo esta producción fue clave para superar estos retos. ‟Es un proyecto que en América Latina va a marcar un referente importante en cuanto a niveles de producción” indican.
“Se que es el presupuesto más alto que se ha tenido para una producción latinoamericana hasta el día de hoy” aseguró Francisco Cordero, quien recuerda que hace ya cinco años firmaron los derechos de Diego Maradona y que finalmente verá la luz el 29 de octubre en Amazon Prime Video.
Comentan que durante todo el trabajo las cabezas de producción fueron las mismas, pero fue clave contar con equipos locales en cada destino. Con Alejandro Aimetta, showrunner y director de la serie, los otros directores involucrados son Roger Gual, en España (Las chicas del cable, El desorden que dejas, Élite) y Edoardo De Angelis, en Italia (The Vice of Hope, Indivisible).
“Las cabezas del equipo tenían presente el ADN de cómo hacemos las cosas en BTF Media, y de cómo este producto tenía que ser llevado a cabo, un mensaje que permeaba en el equipo. Pero son formas distintas de encarar una producción. Hay diferencias entre México y Argentina, en España e Italia, o en Uruguay” dijo Coeto, tras destacar la importancia del talento local y el aprendizaje que sumó para todos trabajar con distintas maneras de asumir una producción.
Otros retos fueron presentar reportes en cinco diferentes monedas, la alimentación, trabajar en tres o cuatro horarios distintos, transportar vestuario. “En Italia rentamos una base militar de la OTAN, viajamos con más de 30 mil piezas de vestuario. Llevábamos mil pares de zapatos” afirman, tras comentar que necesitaron del apoyo y conocimiento local. “No puedes ser arrogante. Hay que sumar al proceso a quien cuantificablemente va a aportar, especialmente el talento local. Estar abiertos a aprender y ellos abiertos a escuchar” dijo Coeto, tras comentar que un ejemplo fue el contratar a costureras en Europa, que trabajan a un ritmo distinto, con la barrera del idioma, con temas de horarios o sindicatos diferentes.