Ángela Poblete, directora regional de Televisión de la productora chilena Fábula, estuvo en Inspiring Minds, de WAWA, hablando sobre su trayectoria y su visión sobre la producción audiovisual en la región. Afirmó que hoy en día no existen las fórmulas del éxito.
“La sociedad va más rápido que lo que la televisión propone. La televisión recoge lo que está pasando y crea una interpretación del momento” afirmó, tras explicar que las historias que mejor se cuentan son aquellas en las que las personas tienen una experiencia que compartir. El resto queda de parte de la productora: ubicar al mejor talento que tome el ADN de ese proyecto, lo haga crecer y lo convierta en algo relevante.
Poblete se encontraba en medio del rodaje de una serie en Chile, en una zona apartada, por lo que atendió la llamada desde una cabaña. Dijo también que en este momento producen otra serie en México.
“Lo que hacemos o intentamos hacer es producir contenidos relevantes, bebiendo de la realidad la sustancia, la materia prima, para devolverla envuelta en ese paquete de entretenimiento y emociones, que tenga la capacidad de conectar con la gente” dijo. Pasión, temas y contenidos relevantes, originalidad (“que es lo más difícil de encontrar”) son los ingredientes fundamentales, explicó.
Poblete habló sobre La jauría, El presidente y Señorita 89. “Señorita 89, por ejemplo tiene una premisa universal como lo es el acoso sexual en el mundo de la televisión, pero va envuelto en ese paquete de entretenimiento, con vestuarios fabulosos, melodrama, que genera audiencias fieles, lo cual se transforma en un amplificador que hace que el marketing sea secundario”. Comentó varios detalles en la producción de La jauría, pero hizo énfasis en cómo esa producción los hizo revisar en profundidad sus propios procesos y protocolos hacia la mujer en el trabajo, como igualdad de salarios o cuidado en el set para evitar el acoso.
Comentó que su origen tuvo lugar en la televisión abierta (inició hace 20 años en Chilevisión) y que muchas otras mujeres en la industria provienen del cine, pero a todas les ha tocado el reto de adaptarse al mundo digital y de las plataformas. “Aunque la televisión y el cine son culturas distintas, tanto unas como otras nos hemos preguntado cómo hacer esto compatible. La televisión es un oficio local, en el que trabajamos para ganar puntos de rating y conquistar a personas que más o menos conoces. El desafío de hoy es crear contenidos inspiradores, que logren identificarse con la audiencia latinoamericana. Es un desafío gigante y muy nuevo, pero puedo decir que las mujeres que venimos de la televisión abierta tenemos a nuestro favor la vocación por llegar a una gran cantidad de personas sin ningún pudor y desarrollamos la inteligencia necesaria para construir caballos de Troya, donde van nuestros mensajes envueltos en una capa poderosa de entretenimiento, capaz de conquistar a un cliente, y así llegar a los corazones de las personas en muchos lugares del mundo” dijo.
Afirmó que no ha desarrollado una fórmula para escoger proyectos, pero sí para descartarlos: todo aquello que tenga una función utilitaria, que busque repetir una fórmula de éxito o que se parezca a algo. “Esto es un remanente de la televisión abierta, que pretende repetir o replicar éxitos”.
Finalmente comentó que al armar equipos talentosos y entregar trabajos sólidos, se han ganado espacios de libertad cada vez mayores. “Los estudios no ejercen tanto control. En este supermercado de contenido tenemos la posibilidad de tener autoría” dijo.