El espectro radioeléctrico, conformado por las frecuencias que permiten emitir ondas que transportan información, constituye el insumo esencial de las redes de telecomunicaciones inalámbricas. Se trata de un recurso natural de carácter limitado, considerado un bien de dominio público administrado en forma soberana por los Estados nacionales. Para el desarrollo de los servicios de telecomunicaciones celulares, los Estados otorgan en concesión el uso o explotación de determinadas porciones del espectro radioeléctrico a las empresas encargadas de construir y operar las redes celulares y emplearlas para brindar servicios públicos.
Ante la llegada de nuevas tecnologías, como la 4G primero y la 5G después, la industria de telecomunicaciones inalámbricas se ve en la necesidad de contar con una mayor cantidad de espectro radioeléctrico en diferentes frecuencias, permitiendo así a los operadores combinar las ventajas en cobertura geográfica que brindan las bandas bajas, con la capacidad de transportar grandes cantidades de datos que ofrecen las bandas altas o milimétricas.
En un mundo que se dirige a la conectividad total y ubicua, impera la necesidad de revisar los modelos de negocio y de regulación existentes, para contar con servicios avanzados y eficientes. Una alternativa para ello en lo que refiere a la administración del espectro radioeléctrico es el mecanismo popularmente conocido como “mercado secundario”.
El mercado secundario es un mecanismo que brinda a los concesionarios o licenciatarios de frecuencias de espectro radioeléctrico la posibilidad de comercializar los derechos de uso del espectro con otros particulares, sin necesidad de regresar al Estado sus derechos o licencias. Bajo este esquema, las agencias de regulación pueden mantener facultades para revisar, vigilar y/o autorizar dichas transacciones, y verificar que se respeten normas y políticas de competencia, planes técnicos, regulación de servicios y otras normas y legislaciones en la materia.
Existen distintos esquemas de mercado secundario, que pueden ser totales o parciales. Uno de estos modelos primero conlleva la transferencia total de la licencia, mientras que un segundo arquetipo se basa en el arrendamiento, con transferencia de derechos de obligaciones y uso, pero sin cesión de titularidad. Otro esquema utilizado es el de permuta o intercambio de frecuencias.
En América Latina, existen diversos enfoques en varios países que permiten o contemplan el mercado secundario de espectro radioeléctrico como un elemento para proporcionar un acceso más flexible y dinámico del sector privado a este recurso, facilitando así el despliegue y madurez de nuevas tecnologías.