La nueva
versión de Netflix de All Quiet On The Western Front, del director alemán Edward
Berger, es una historia que se vive desde el punto de vista de un joven
soldado, un nuevo recluta, con una visión inocente en medio de una cruenta
guerra, donde en definitiva la cámara ‘A’ fue la Alexa 65 con certificación IMAX
que ofreció a la producción una mayor inmersión.
“La gente
tiende a asociar los 65mm con la fotografía de paisajes, pero nos pareció muy
atractivo colocar esas cámaras de gran formato en espacios reducidos, como
trincheras, pasillos o habitaciones más pequeñas donde puede aumentar la
claustrofobia. Además, queríamos poner el campo de visión humano en estos
entornos” dijo James Friend, director de fotografía del filme.
Por ejemplo,
en una escena que mostraba al villano de la pieza, el general Friedrichs,
disfrutando de una rica cena a la luz de las velas, el 65 le otorgaba una
majestuosidad que quizás no tuvo el LF. “El aspecto más suave y la profundidad
de campo más superficial cortaron la esencia de la escena que intentábamos
retratar, que es mostrar cuán alejada estaba la clase de oficiales de la línea
del frente” señaló Friend.
Para el
trabajo nocturno, eligió la sensibilidad de luz superior de Sony Venice más
Tribe7 Blackwing7 Primes e hizo construir una enorme caja de luz para flotar
sobre el set compuesto por 60 SkyPanels que arrojan una iluminación base.
“Puse
bastante humo en el fondo profundo y se disipaba bastante rápido para que no se
acercara demasiado a la cámara” explica el director de fotografía. No quería
que pareciera neblinoso o humeante, solo para sentir que las cosas estaban
ardiendo sin llama. Iluminé el humo con dos ARRI Max de 18kw (en el punto más
alejado del campo de batalla) para dar una sensación de escala y usamos un
SkyPanel S-360 en una plataforma aérea Condor a través de una difusión de 12″ x 12″ para iluminar a los actores junto con algunas pequeñas luces
LED adicionales en el piso”.
También se
desplegó una lámpara ARRI Orbiter para imágenes nocturnas. Esta luminaria LED
tiene un sensor capaz de registrar el color y la intensidad de la luz. Después
de apagar todas las luces, el equipo encendió bengalas para obtener una lectura
y luego programó esa información a través de un escritorio de iluminación.
“Cuando
quería iluminar a los actores en el campo de batalla con la ilusión de una
bengala real, podíamos pasar esa información a través de la caja de luz para
que parpadeara a una frecuencia adecuada y nos diera un color preciso para que
coincidiera con las bengalas. Funcionó sorprendentemente bien”.
El
presupuesto no permitía el uso de Livegrade, el sóftwer preferido de Friend
para la gestión de la apariencia, por lo que necesitaba una alternativa que
fuera portátil y duradera: “No podíamos estar empujando carros DIT en el set”.
Hizo una variedad de pruebas de vestuario y trabajó con el colorista de
Goldcrest, Andrew Daniel, para crear un LUT de espectáculo.