Para Daniel Indart, presidente de Indart Music, fue muy especial tener la oportunidad de trabajar y licenciar música para la película Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades, del galardonado director mexicano Alejandro Iñárritu. “Soy fan de las películas de este director desde su primera creación, y Amores perros, Babel, y Birdman son unas de mis favoritas” dijo.
Indart, quien trabaja con supervisores de música de todo el mundo para películas, series y comerciales, contribuye con música de su catálogo para tres escenas de Bardo, el filme más personal de Iñárritu donde trabajó como guionista, editor, productor y director.
“La música tenía que ayudar a colocar al personaje en un lugar y momento específico dentro de la escena, y de esa manera darle realismo a la historia que ocurría en el momento, y crear la magia que Iñárritu buscaba lograr en cada una de esas escenas” explicó Indart. De la selección de canciones que envió para Bardo, Iñárritu escogió tres que lograban alcanzar lo que él buscaba: “Amado”, de Jesus Alejandro El Niño; “Bailando”, de Qbanito, y “Así me gusta”, de The Latin Mambo Orchestra.
Recientemente, Indart ha aportado piezas musicales a series como The Mosquito Coast (Apple TV), Hightown (Star), The Gordita Chronicles (HBO Max), Ozark (Netflix); películas entre las que se cuentan The Forever Purge (Universal), Vacation Friends (Hulu), Half Brothers (Focus Pictures); así como comerciales para Honda, Spectrum, Purdy, Gatorade, entre otros.
Explicó que el proceso de musicalización para una producción usualmente comienza con una sugerencia del director de su propia colección. “A veces recibo la escena con un ‘temp track’ de la colección personal del director, y él quiere una canción en esa dirección y me sirve como guía para la búsqueda. Y a veces solo me dan una idea general de la escena (dónde, quién, qué hacen, y qué quiere lograr el director). Generalmente le mandó alrededor de ocho a diez diferentes opciones, trabajando conjuntamente con el supervisor de música de la serie o la película. Con experiencia he aprendido a darles opciones que generalmente funcionan a la primera” dijo.
En caso de que no consiga en su catálogo algo que le suene suficientemente cerca, Indart compone y produce la pieza musical en 24 horas. “Y ese es uno de los desafíos, que a veces esto tiene que ser hecho en unas horas y sonar como un disco de radio”.
Indicó que la demanda de géneros musicales para las producciones depende de muchas variables, como el tema, el lugar donde se desarrolla una historia, el momento histórico, el grupo social, y lo que quiera o necesite el director. “Más bien suele suceder por ciclos” explicó, destacando que hay períodos en que piden mucha salsa, en otros piden mariachi y norteños, o tango y merengue, hip hop latino, música indie, o rock en español y electrónica dance. “Es como si Hollywood se pusiera de acuerdo en que la tendencia de la temporada es esta o la otra”.
Particularmente, Indart con su vasta experiencia, las tendencias musicales que más valora en la industria son las fusiones de todo tipo, las culturales, las de estilo y las de género. También fusiones de creaciones musicales antiguas con nuevos sonidos; el vintage y el retro.
Resaltó la importancia de usar música con licencia para producciones. “A través de los años, la industria del cine y la televisión, comprendieron el valor del uso de música pre-grabada por su inmediatez, practicidad y efectividad para realizar contenido de alta calidad en el menor tiempo posible, y empezó la alta demanda de música de catálogo pre-grabado. La licencia de música ha crecido y se ha convertido en un vehículo más para la explotación de obras de compositores y sus editoriales”.
Para Indart la licencia de música nace de haber entendido el poder que tiene el uso de una canción conocida (o un estilo o género conocido) en agregar emoción, ubicación y tiempo a una escena, así como servir de transición. “Tanto así, que casi siempre una canción en el momento correcto agrega mucho más valor que un ‛Score’ dramático en la misma escena” concluyó.