Facundo Bailez, quien trabaja actualmente en Sky Londres, laboró con Walter Sequeira en Artear de 2010 a 2013 como ejecutivo de Adquisiciones y tiene los mejores recuerdos de él. “Hay personas en nuestra vida cuyas acciones, palabras y gestos definen quiénes queremos ser y qué hacemos para lograrlo. Puede ser un familiar, un amigo, un jefe, un mentor, un ídolo. En mi caso, Walter fue todas estas cosas. Por separado, y al mismo tiempo” dijo.
“Mucho se ha dicho, y mucho se dirá, sobre el fantástico ser humano que fue Walter. Todos los que lo conocieron alguna vez, tienen al menos una anécdota transformadora y divertida de él. Inclusive aquellos que no lo conocían tanto solo necesitaban de un breve intercambio de palabras para quedar maravillados y anonadados por su manera de ser: original, irreverente y encantadora. Por eso ahora, entre la tristeza del momento y el inevitable desfile de recuerdos hermosos, decido escribir sobre el Walter de mi vida. El que se transformó en mi amigo de un día para el otro cuando yo ni siquiera había terminado la universidad. El que a mis veinte años vio algo en mí y me dio mi primer trabajo importante en la industria. El que lloró conmigo cuando me fui a Londres. El que me acompañó siempre, y siempre me va a acompañar” relató con emoción.
“Una de las primeras cosas que me dijo cuando empezamos a trabajar juntos fue ‛No es un problema que cometas un error. Es un problema que cometas el mismo error dos veces’. Era exigente, sí, pero se permitía serlo porque ponía todo a mi disposición para que nunca me tropiece dos veces con la misma piedra. Y lo hacía motivado por el más genuino deseo de que aquellos en quienes él veía potencial, y los que amaba (que solían coincidir), crecieran y triunfaran. Era generoso en extremo. Con su tiempo, con sus cosas y con su sabiduría. Se rodeaba de gente que él genuinamente creía que eran mejores que él, porque así crecía con ellos. Nunca abandonó ese espíritu. Hoy estoy triste, porque con Walter siempre había algún plan en el futuro: un viaje, una cena, un recital, una reunión, y ya no lo habrá. Pero también estoy agradecido por la infinidad de aventuras que vivimos juntos y por las oportunidades que me dio. Es difícil imaginar un mundo sin Walter, pero siempre estará presente en quien soy y quien quiero ser. Te voy a extrañar mucho, Walter” finalizó.