Las estrategias climáticas de la mayoría de las empresas están sumidas en compromisos ambiguos, planes de compensación que carecen de credibilidad y exclusiones en el alcance de la reducción de sus emisiones, pero en una minoría se pueden identificar buenas prácticas replicables en una minoría, destaca la edición 2023 del informe Corporate Climate Responsibility Monitor (CCRM), que evaluó a 24 grandes corporaciones, una iniciativa conjunta del NewClimate Institute y Carbon Market Watch.
Con unos ingresos combinados de más de 3 billones de euros y responsables de alrededor del 4% de las emisiones globales, las empresas evaluadas proceden de una amplia variedad de países y pertenecen a siete sectores principales: automóviles, moda minorista, supermercados, alimentación y agricultura, tecnología y electrónica, transporte marítimo y aviación, así como acero y cemento.
“A pesar de sus promesas de Net Zero (carbono cero) y sus afirmaciones de liderazgo climático, la gran mayoría de corporaciones no están entregando lo que prometieron” señalan los responsables del CCRM, quienes enfatizan que no ha habido grandes cambios entre el reporte de este año y del 2022.
Solo una de las compañías evaluadas, la de envíos danesa Maersk, obtuvo una puntuación de “integridad razonable” en el informe, mientras que las demás oscilaron entre baja y muy baja. Algunas de las empresas destacan por sus avances en áreas de acción climática, como la compañía de moda H&M, la naviera Maersk y Stellantis, las cuales tienen compromisos potencialmente creíbles para una descarbonización profunda a largo plazo. Los especialistas incluso recomendaron que los gobiernos prohíban la publicidad engañosa sobre Net Zero y la carbono neutralidad, así como que se promueva la creación de un organismo regulador global y un enfoque urgente en la integridad de los planes de reducción de emisiones de las empresas.
“En esta década crítica para la acción climática, los planes actuales de las empresas no reflejan la urgencia necesaria para la reducción de emisiones” dijo Thomas Day, coautor del informe, en un comunicado. “Los reguladores, las iniciativas voluntarias y las empresas deben poner un enfoque renovado y urgente en la integridad de los planes de reducción de emisiones de las empresas para 2030. El discurso sobre el Net Zero a largo plazo no debe distraer la atención de la tarea inmediata”.
El informe concluye destacando que se necesita una acción urgente para desbloquear el potencial del liderazgo climático corporativo en esta década crucial de acción climática hacia 2030. “2023 es un año importante para que los reguladores, las empresas y las iniciativas de establecimiento de estándares intensifiquen y se alineen con los requisitos establecidos en el literatura científica para una acción inmediata hacia una descarbonización profunda”.
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