Una media entre hacer aquello que apasiona, viabilidad y el cálculo de las posibilidades de éxito, son las variables que toma en cuenta un productor al emprender un proyecto. Además, ser flexible para sortear los tiempos sin ingresos, con trabajos como prestar servicios de producción o alquilar equipos. Estas son algunas de las repuestas del panel ¿De qué vive el productor?, que fue parte de la XVII Convención de Canacine en Guadalajara, con participación de los productores Mineko Mori, Rodrigo Trujillo, Fabiola Velázquez y Óscar Ramírez.
La principal premisa es que la producción audiovisual es una inversión riesgosa y al productor le corresponde buscar los fondos para invertir con fondos privados o públicos. De allí el dilema: ¿El corazón o el dinero? al tiempo que adivinar qué será un éxito, tampoco es sencillo.
El IP es otra decisión que va de la mano. Fabiola Velázquez, quien financió la película Poderoso Victoria con sus ahorros familiares además de apoyos de los gobiernos de Durango y Jalisco, comenta que la película (de época y con altos valores de producción) resultó costosa, alrededor de 50 millones de pesos (casi US$3 millones). “Es un dinero por el que todavía estoy endeudada y que pienso recuperar en el largo plazo. Aprendí que no debo hacerlo en el futuro” dijo. Óscar Ramírez confesó que solo hace las películas que lo apasionan y que él desea ver, sin pensar en la audiencia. “Muchas veces sé que no voy a ganar nada con el proyecto y que voy a producir un fracaso comercial” comentó. Sin embargo, los panelistas afirmaron que las películas de autor son necesarias y que construyen cultura.
Rodrigo Trujillo dijo que antes de asumir un proyecto lo evalúa desde el punto de vista de su factibilidad económica y probable éxito. “Antes de comprometerme con él, veo quiénes son los involucrados, que la historia me guste y que sea viable” explicó.
Todos comentaron la importancia de fondos públicos como el Eficine, sin el cual muchos proyectos no serían realidad, pues incentiva la producción de cierto perfil que luego puede conectar con el resto del ecosistema, y a futuro, financiarse de manera autónoma. Por su parte, Óscar Ramírez comentó que el cine que produce sería casi imposible sin fondos públicos. “Sin importar de dónde venga el dinero, es dinero. Hay que pensar que ese dinero hay que recuperarlo y volverlo rentable. Por ello es importante evaluar el éxito que tendrá un proyecto” dijo Trujillo.
Mineko Mori recordó una anécdota, en la que una plataforma quiso invertir en su proyecto a cambio de quedarse con el IP, incluidos los derechos a perpetuidad. “No acepté y al final me fue muy bien con mi película, pero fue una apuesta” dijo.