Como la idea central de su historia, el largometraje colombiano La otra forma es un proyecto que rompe esquemas: es animación, para público adulto y no tiene diálogos. Esta película, ópera prima de Diego Guzmán y producida por Carlos Smith Rovira, se estrena el próximo jueves 30 en las salas de cine de Colombia.
El filme sucede en un futuro donde la humanidad hizo una civilización en la superficie de la Luna, donde solo pueden entrar y vivir quienes tengan aspecto y modo de pensar cuadrado. El protagonista se enfrentará al dilema de encajar en ese mundo geométrico o revelar la auténtica forma que reside en su interior.
“Creamos un mundo a partir de empezar a ver la cotidianidad nuestra y hacerse preguntas como por qué todo lo que nos rodea es cuadrado. A partir de eso empezamos a fantasear si hay alguna especie de orden cuadriculado mundial que quiere volvernos a todos un cuadrado. Y nos dimos cuenta de que teníamos un tema muy poderoso, como es hasta qué punto eres tú mismo en una sociedad donde indirectamente te influencian para que te vuelvas como ellos quieren” explica Guzmán, animador con más de 15 años de experiencia en el medio.
De acuerdo con registros de Proimágenes, corporación que trabaja por incentivar, consolidar y promocionar el sector audiovisual colombiano, en el país solo se han estrenado nacionalmente once largometrajes creados en su propio territorio. La otra forma se convierte en el doce, después de su paso exitoso por festivales audiovisuales como Festival Internacional de Cine de Animación de Annecy en Francia, donde tuvo su premier oficial; el Festival Chilemonos, donde ganó el premio a Mejor largometraje; el Festival de Cine Fantástico de Cataluña SITGES, en el que ganó el premio a Mejor largometraje animado, entre muchos otros.
ANIMACIÓN A LA COLOMBIANA
Para el filme de técnicas de animación en 2D, fueron creados más de 150 personajes y se necesitaron realizar 60.480 dibujos, 12 dibujos por segundo, dentro de los 98 minutos que tiene de duración. Participaron más de 100 personas, en su mayoría colombianos, entre diseñadores, ilustradores, pintores, artistas 3D, coloristas, animadores, músicos, sonidistas, ingenieros y otros.
Carlos Smith Rovira, productor de la película, reafirma que se trata de “un proyecto muy ambicioso en el estilo visual. Es un tipo y calidad de dibujo en la que hay que tener un gran detalle. Una de las cosas complicadas fue conseguir ese equipo humano capaz de trabajar con en ese nivel y durante mucho tiempo. Diego se dio a la tarea de escoger animadores y dibujantes disponibles e irlos empoderando para que cada vez dominaran mejor el estilo”.
Asimismo, la música, más importante de lo normal al ser una película sin diálogos, está compuesta por Daniel Velasco, que experimentó con objetos metálicos para crear los 38 tracks originales que fueron interpretados por la Orquesta Sinfónica de Bratislava de Eslovaquia.
El proyecto se desarrolló desde 2016 (aunque es una idea que tuvo Guzmán en 2008) y a partir de ese momento se fueron sumando diferentes compañías. La otra forma es una producción de Smith & Smith (Colombia), en coproducción con HIERRO animación (Colombia), Estúdio Giz (Brazil), RTVCPlay (Colombia) y Daniel Velasco (Colombia), y en asocio con Arcadia Sonora (Colombia).
El presupuesto fue de más de $2.500 millones (alrededor de U$S52.000) que se lograron reunir gracias a convenios, alianzas y estímulos económicos por parte de entidades gubernamentales como el FDC (Fondo de Desarrollo Cinematográfico de Colombia) e Idartes de Colombia, y Ancine y el Fsa – BRDE de Brasil. En suma, se trata de uno de los proyectos de animación más grandes y ambiciosos de la historia de la industria audovisual colombiana, el cual ahora asume el reto de enfrentarse al gran público en las salas de cine.