Para la productora, directora y guionista peruana Norma Velásquez, actualmente hay una tendencia a descubrir nuevos talentos a nivel de Iberoamérica. “Existen muchos festivales, foros de coproducción que están abiertos normalmente para directores y productores entre su primera y segunda película, con lo cual están impulsando nuevos talentos, y sí creo que hoy en día la industria tiene un foco más puesto en los nuevos realizadores” dijo en una nueva edición de Maye y Richard presentan los Nuevos Talentos.
Velásquez tiene 15 años en la industria. Ha participado en diferentes roles en unas 25 películas, es presidenta de la Asociación de Productores Cinematográficos del Perú y además tiene su empresa, Suena Perú, que en estos momentos cuenta con largometrajes y series en diferentes fases de desarrollo y se espera que algunos empiecen a grabar este año.
Se mueve entre Lima y Madrid con una estrategia bien orquestada en conseguir financiamiento y posicionamiento para proyectos, hacer networking, encontrar coproducciones y difundir ideas con una gran pasión.
No cree en los imposibles, pero hay que sufrir. “Hay proyectos que me han dicho que es imposible que salgan adelante, que no se pueden hacer y me he arriesgado a hacerlos. Y no digo que haya sido maravilloso porque los he sufrido, porque veo poco dinero, pero los hemos sacado adelante (…) Lo importante es lo que puede haber detrás de lo que puedas sufrir —la falta de presupuesto, la falta de recursos—, como la gente que está tras de cámaras, en pantalla y lo que hemos logrado con algunas películas: que en la pantalla se note. Al final es un sufrimiento que luego cuando ves en pantalla se transforma en felicidad”.
ÓPERAS PRIMAS
Como productora, trabaja con muchas óperas primas, algo que le encanta. “Hay una visión más fresca, precisamente por eso me gusta trabajar con óperas primas porque siento que hay un poco más de riesgo; cuando ya eres un director consagrado, salir de tu misma forma que ya creaste, de tu fórmula que funciona, es un poco complicado. Pero en cambio los jóvenes, como no tienen nada que perder, dicen: ‘vamos’, ‘sí se puede’. Esa energía, esas ganas, esa emoción —que no digo que no tenga el director con más experiencia— de hacer tu primera película a mí me motiva mucho y me impulsa a seguir”.
Reconoce que el camino no es fácil. “Que nos seleccionen en un foro de coproducción de un festival no me parece tan complicado si tienes un buen proyecto, pero de ahí a conseguir un distribuidor importante, un agente de ventas internacional importante con una ópera prima es muy complicado. Siempre te dicen: ‘quiero una película cuando esté terminada’, pero luego vas a pedir la ayuda y te piden tener un distribuidor o un agente de ventas” dijo.
Aunque en términos de distribución y de ventas opina que todavía no está la confianza tan puesta para primeras y segundas películas, es optimista en lo referente a ayudas. “En Perú hay una ayuda específica para nuevos realizadores; en España están estas ayudas selectivas que son para los que tienen primera o segunda película, luego hay este fondos internacional como Ibermedia, pero los otros son muy complicados de hacerse. Hay maneras de financiar una película, pero siempre cuando es una ópera prima el camino es empezar con un presupuesto pequeño, no tanto como el estándar porque eso es un poco más difícil de lograr, al menos en la segunda o primera obra”.
EXPERTA EN FINANCIAMIENTO
Velásquez se ha hecho una experta en el proceso de conseguir financiamiento. “Trabajo entre España y Perú. Si es una película española que va a levantar fondos españoles tiene un presupuesto y una dinámica de trabajo distinta a si es una película peruana” destacó.
La primera diferencia está en los costos. Mientras una peruana está costando entre más o menos US$300 mil y US$350 mil en promedio, US$400 mil como máximo; una película española cuesta producirla entre €1 millón y €1 millón 500 mil.”Hay una diferencia de dinero y una diferencia en la forma de levantar la financiación, porque yo US$400 mil dólares los levanto con DAFO, que es el fondo peruano, con Ibermedia de tener una coproducción en el fondo minoritario del país coproductor y ya está, no necesito tener un distribuidor o agente de ventas en el momento de la financiación con una película peruana o latinoamericana porque no es obligatorio. En cambio, con una película española sí necesito tener distribuidor y agente de ventas porque si no lo tengo no me van a dar la ayuda del Fondo Nacional”.
VARIOS ROLES
Tampoco puede comparar el sistema de producción de España con el de Latinoamérica. Explica que son muy distintos tanto a nivel de presupuesto, como de salario, de estructura y de cargos. “El productor en Latinoamérica lo suele hacer todo y en España o en una gran industria, existen cargos que hacen específicamente cada labor”.
Incluso hay un director financiero allá por película o por proyecto, mientras que en Perú esa figura no existe o rara vez. “Eso lo hace el productor, toda la parte financiera lo hace la productora, toda la función del cost controller también, entonces al final nos cargamos de trabajo cuando debemos dividirlo, lo que pasa es que nuestros presupuestos no nos permiten tener personas especializadas para cada cosa por lo que vamos aprendiendo”.
Los tiempos de espera de fondos son largos en la región. “No es un camino fácil, la financiación puede tardar años. Tengo cuatro años con una película y todavía no sale la financiación, así que duele, al final se invierte dinero de nuestro bolsillo; y luego también tengo otra película que se financió al 80% hace dos años y todavía no conseguimos ese 20% que nos falta” dijo. “Estoy en ese proceso de querer sacar las películas, pero también entiendan un poco mis directores y directoras que el camino no es sencillo y hay que estar ahí, hay que seguir”.
ACUDIR A FESTIVALES Y MERCADOS
Velásquez ve un crecimiento importantísimo de realización de proyectos en su país. Cuando comenzó se hacían de cuatro a siete películas al año y ya se hacen entre 20 y 30. Y para seguir creciendo, recomienda acudir a todos los mercados y festivales para mostrar los proyectos.
“Es importantísimo, es vital para mí, es la única manera en la que tu película pueda tener algún tipo de reconocimiento y visibilidad, y siempre lo recomiendo desde el desarrollo; porque si vas a un laboratorio de guion, tu guion, hablando netamente del guionista, va a ser asesorado por distintos guionistas y productores de la industria que te van a dar un punto de vista distinto” destacó.
Desde el punto de vista de producción, dijo que los foros de coproducción son lugares para buscar productores y moverse con gente de la industria. “Al final este negocio también es networking, te mueves con gente, te van conociendo, te van saludando, te van haciendo cara, y al final vamos formando parte de la industria”.
Dijo que los festivales le van dando brillo a los proyectos. “Mientras a más foros viajes son como ‘sellitos’ de calidad que va teniendo tu proyecto, son laureles que van diciendo que esta película desde su desarrollo la ha certificado el festival de Guadalajara, el de Málaga, el de San Sebastián, ha estado en el Berlinale Co-Production Market”. Esto le da a las producciones una manera distinta de verlas.
Además, ser preseleccionado o seleccionado en alguno de estos eventos va dando más valor al proyecto, tanto para migrar a una plataforma importante como para recibir más dinero por su venta y, además, labrar el camino exitoso de su director.
“Es importante: uno, por la venta, dos, por el reconocimiento, por los laureles y por el camino, porque piensas también en la siguiente película del director. Una selección en un festival de clase A, le abre las puertas a ese director o directora para la siguiente película también”.
Ver Maye y Ríchard con los nuevos talentos con Norma Velásquez