Se estrenó en cines de arte y ensayo en México el pasado 13 de julio la película Los (casi) ídolos de Bahía Colorada, ópera prima de Ricardo Castro protagonizada por Benny Emmanuel y Harold Azuara. El filme se estrena en Netflix este miércoles 19.
Se trata de una historia que se gestó en Alebrije en 2018, productora que dirige Mónica Lozano, quien comentó que la autenticidad y la frescura, son de los principales valores de producción del filme. “Es un retrato de Sinaloa y de su gente. Es de las poquísimas películas, si no la primera, que retrata a una Sinaloa en el que no se habla de narcotráfico. Al contrario, se puede ver su riqueza y diversidad, su música y su comida, su formas de vestir y de andar” dijo, tras apuntar que todos estos universos, que terminan ocultos por esta terrible realidad, también existen, por lo que es importante reflejarlos.
Comentó que es una película que además es entrañable y conmovedora al tiempo que divertida, con mucha música y acción.
Cuenta la historia de Romeo y Preciado, ambos hijos de Valentín, un enamorado del amor, fanático de la música y los coches, quien tiene dos esposas y dos familias. Después de la repentina muerte de su padre, y una vez que se conocen, ambos hermanastros deciden separarse para perseguir su destino. Tiempo después, Romeo pone pausa a su sueño de convertirse en villano de telenovelas para regresar a Bahía Colorada y así correr en un mítico rally de autos para “honrar la memoria de su padre”. Este viaje no solo lo reunirá con Preciado, sino con los divertidos y entrañables habitantes de esta comunidad al norte del país, quienes lo enfrentarán cara a cara con un pasado que se niega a superar.
La película tuvo cinco semanas de rodaje, que ocurrieron entre julio y septiembre de 2021, en Culiacán, Mazatlán, Mármol, además de Ciudad de México
Lozano explicó que el guion se realizó con Beto Gómez, al que luego se sumaron otras voces como María Torres y Enrique Vázquez, para posteriormente incorporar a Ricardo Castro como director. “Sin duda, el que hizo la escritura de la versión final fue Ricardo” comentó Lozano, tras explicar que, como todas las películas, tardó tiempo en encontrar su camino, pero tras el acuerdo y complicidad con Netflix, se pudo lograr.
Comentó que conocieron a Ricardo Castro gracias a Netflix, “Me encantó su pasión, arrojo y entrega. Le dio una personalidad única, pues además Ricardo tiene familia de Sinaloa, por lo que se hizo desde los ojos de Ricardo, como un tributo, con mucho cariño y respeto, a esa zona del país. Confesó que le daba miedo hacer una caricatura, como ocurre en las primeras aproximaciones de personas que no conocen una ciudad o región.
Para Lozano, uno de los retos fue hacer una producción fuera de Ciudad de México, pues los costos se incrementan, además de trabajar en una producción que incluye acción y carreras de coches, con recursos limitados. “Queríamos una película auténtica, genuina y respetuosa, y nos sentimos muy orgullosos del resultado” dijo Lozano.