Este jueves 17 llegará a las salas de cine Aurora,
película colombiana dirigida por José Luis Arzuaga y protagonizada por Májida Issa y
Claudio Cataño. La obra es una producción
de Oasis Films en asocio con WideAngle Films, con el apoyo del Ministerio de
Cultura y MS Crea. Su distribución en el país corre por cuenta de Cineplex.
La
trama gira en torno a Aurora, una joven colombiana que,
obligada por las circunstancias, emigra a los EE UU, más
específicamente a Nueva York. Allí sus
días se limitan a trabajar y enviar dinero a su madre y hermano en Colombia,
sin preocuparse por interactuar con la verdadera realidad del país, buscar solucionar su situación migratoria, o aprender el
idioma. Sin embargo, la noticia de la grave situación de salud de su madre y un
episodio que puede llevarla a la cárcel o la deportación, terminarán por
sacarla de su zona de confort.
Arzuaga comentó que esta
cinta aborda el fenómeno de la inmigración masiva “poniendo la lupa en uno de
los millones de migrantes que hay, concentrándonos en su día a día, en su
intimidad y en las vicisitudes que tiene para resolver su vida en estas
condiciones de ilegalidad”.
Por
otro lado, aseguró que la película empezó a gestarse en 2016, cuando
escribió el guion, aunque la preproducción no empezaría sino hasta 2018. También reconoció
que la realización afrontó distintos retos presupuestarios: “Es una
película rodada en Nueva York y ya los costos se hacen inviables para
una película colombiana”. Debido a esto, reconoció que desde la producción debieron
tomarse algunas medidas para favorecer la viabilidad del proyecto, como hacer en
Colombia algunas escenas interiores.
En
esa línea, dijo que a pesar de que “en comparación con la industria
estadounidense, las
películas colombianas son realmente de presupuesto
muy bajo,
la fortaleza del cine colombiano tiene que estar
en lo que
narra, en cómo
lo narra,
en la agudeza en
los temas, en
la calidad narrativa
de lo que
filmamos”.
De
todos modos, el director aseveró que el film
pudo salir adelante, en parte, gracias la colaboración del Ministerio de
Cultura de Colombia que, a través de la Ley 814, ofreció diferentes beneficios
tributarios a las partes involucradas.
En
cuanto al rodaje, afirmó que duró seis semanas y que en Nueva York los mayores
desafíos vinieron por cuestiones climáticas: “Estuvimos haciendo los exteriores
durante 12 días
en un
frío espantoso, a 12 grados bajo
cero. Estábamos pertrechados
con unas plantillas tanto para los pies como para las palmas de las manos que dan
calor al cuerpo humano durante unas ocho horas”.
A
su vez, aclaró que parte de las grabaciones también se hicieron en Vindi, un
caserío ubicado en el departamento del Tolima, en el occidente colombiano. El
cineasta catalogó este lugar como “paradisíaco y magnífico”, aunque reconoció
que, debido a su aislamiento, el proceso de rodaje allí fue “bastante
dispendioso”.
Por
último, elogió el trabajo de los actores Májida Issa y Claudio Cataño (quien interpreta a Adolfo, novio de la protagonista) y desveló
que los artistas tuvieron libertad para añadir características de
sus propias personalidades a la hora de interpretar a los personajes con el fin
de enriquecerlos.