El
pasado jueves 5 se estrenó El yuppie y el
guiso, la nueva película de Dago García Producciones. Uno de los aspectos más
llamativos de la cinta fue el hecho de
que los dos personajes principales fueran encarnados por el mismo actor (Carlos
Manuel Vesga). Eso implicó que en pantalla se vieran dos personas distintas con
un mismo rostro. Algunos integrantes del equipo de esta realización contaron
detalles sobre el procedimiento que se llevó a cabo para poder generar dicha
ilusión.
Vesga aseguró que todo
empezó desde el momento del rodaje: “Yo tenía escenas con el ‘otro yo’,
entonces tocaba grabar primero una mitad y después la otra mitad, con marcas en
cinta y con pantalla verde para que después pudieran hacer todo el montaje”. En ese sentido comentó que “había que marcar
al milímetro la partitura física para que todo luciera coherente porque,
por ejemplo, si yo tenía que pasarle unas llaves de un carro al otro, yo tenía
que hacerlo exactamente en el mismo lugar, para que el otro recibiera las
llaves en espejo al otro lado”.
El intérprete también aclaró que para esa tarea tuvo el
apoyo de la producción: “Llevaron gente que entiende perfectamente cómo se
mezclan los planos. Después se parte, se hace un split de la imagen. Entonces
ellos sabían perfectamente cómo hacerlo para que después cuadrara”.
Por su parte, la productora ejecutiva Adriana Rosas afirmó
que para la tarea de “clonar” al actor principal fue necesario el uso de efectos visuales, los cuales fueron
elaborados por la empresa Atom Studios.
Brayan Linares, fundador de
esa compañía, relató que “tuvimos unos retos importantes porque
teníamos escenas de carros en desplazamiento en donde debían estar ellos dos.
Más adelante tenemos escenas en unas locaciones especiales como la cárcel en
las que tienen que darse la mano, tienen que cambiarse. Entonces intervenimos a
manera de efectos visuales justamente para que eso pasara”.
En esa línea, resaltó que también
hubo otros dos aspectos importantes: “El primero es todo lo que
tiene que ver con el acting, eso sí
es mérito del director Rodrigo Triana, logró diferenciar a estos personajes y
que pudieran interactuar fácilmente, uno en frente de otro. Lo segundo
fue que coreografiamos muchas cosas. Entonces logramos medir tiempos, tener ademanes, pudimos tener gestos entre uno y el otro sincronizados y creo
que eso fue también lo importante”.
Por último, Linares recalcó que, en este tipo de procesos, grabar
adecuadamente el material es fundamental para que la posproducción tenga éxito:
“La clave del proceso es justamente tener una muy buena imagen, que llegue con
unas características especiales para que cuando lo trabajemos todo salga de muy
buena calidad” concluyó el artista.