En la industria del entretenimiento, la creatividad impulsa la innovación, pero en la actualidad, la tecnología se ha convertido en un socio fundamental para llevar los proyectos a nuevos niveles. Camilo van Meerbeke, productor colombiano con raíces belgas, representa la fusión entre creatividad y tecnología. Él es el protagonista de una nueva entrega de Maye y Ríchard con los nuevos talentos, en donde compartió su visión sobre la evolución de la producción audiovisual.
“En el set va a haber un ingeniero de prompts (las instrucciones que se dan a los sistemas de inteligencia artificial), como está sucediendo en otras industrias. Es deber del productor moderno dejar de pelear con la tecnología y encontrar en ella un aliado” aseguró tras explicar que estos instrumentos son útiles en las diferentes fases de la producción y el desarrollo de proyectos audiovisuales.
LAS VENTAJAS DE SER ABOGADO
Van Meerbeke ha colaborado en empresas privadas, organizaciones sin fines de lucro, festivales y gobierno, siempre muy ligado al área audiovisual, lo que le ha dado un amplio crisol de perspectivas en el negocio. Combinadas con una visión de lo legal, pues es abogado.
Sobre los puntos a favor que le ha dado su carrera en el ámbito audiovisual, contó: “Tengo una visión integral del project management, herramientas de resolución de conflictos, de contratación, de buscar a las personas adecuadas. A parte de darme la ventaja de entender de contratación y de propiedad intelectual”.
UN MILLENNIAL EN LA INDUSTRIA
La generación de los nacidos entre principios de los ochenta y los dos mil se caracteriza por estar hiperconectada y a la vez tener altos valores éticos. Los millennials son conocidos por ser colaborativos y sociales y motivarse por trabajar con colegas de otros países y edades, rasgos a los que Van Meerbeke suma con desparpajo: “Estamos emancipados” refiriéndose a ir tras la búsqueda de romper con lo establecido y en su caso, acercándose a la autenticidad, con narrativas humanas, reales y alejadas de las imágenes estereotipadas.
Así lo define: “En principio apelamos a la independencia y eso nos tiene que volver más recursivos en la manera que contamos las historias, en la manera en la que nos movemos en el set, con las relaciones con las cabezas de departamentos, con los ejecutivos. Tenemos una mirada distinta”.
Él también es autor y tiene una serie animada coescrita con una colega: “Aborda temáticas que en Colombia llamamos ‘ladrilludas’ (complejas) y que llevo años ‘patinando’ (empujando). Con este proyecto hemos encontrado cabida para contar la realidad desde lo íntimo, desde lo queer y desde el futuro. De esa soy el showrunner”.
COLOMBIA COMO EPICENTRO DE PRODUCCIÓN
Y aunque su experiencia es internacional, con sus créditos ligados a más de 200 episodios de series, docuseries y programas de entretenimiento en diferentes mercados, él se mantiene actualizado de la realidad en Colombia, en donde está su base.
El productor ha identificado un boom actual de la producción en su país por condiciones jurídicas y geográficas favorables; sin embargo, considera que enfrenta un reto común para la industria audiovisual en Latinoamérica: encontrar modelos de negocio sostenibles. En ese sentido, explica: “El desafío es seguir produciendo con calidad y encontrar ventanas que nos permitan mostrarlo”.
INCENTIVOS EN COLOMBIA
Su experiencia como abogado sale a relucir cuando se aborda el tema de los incentivos que ofrece el país para promover la producción local y foránea: “Tax rebate y cash rebate son mecanismos distintos y en cada uno deduces del proyecto, en impuestos o en efectivo desde el 32 al 35% de las rentas de equipos, logísticas y más. Tienen detalles relacionados con contratar con el Estado, pero cada vez son más los proyectos extranjeros que buscan a Colombia”.
Como mensaje final para quienes inician su carrera en la industria audiovisual, Van Meerbeke les recomienda: “Tener los oídos bien abiertos para escuchar. Los jóvenes tratamos de ser impositivos y a veces hay que escuchar”.
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