“Estas empresas no podían, no pueden, ni podrán ser radiodifusores”. La frase sonó como trueno en el ambiente, enterrando el antes y el después de su discurso. Y también a los discursos de ocasión que le siguieron en la apertura oficial de la edición 16 de las Jornadas de Cable de Argentina, que se desarrollan en el Sheraton Hotel de la ciudad de Buenos Aires. Walter Burzaco, presidente de ATVC, aprovechó la oportunidad y el marco para recordar que la industria del cable quiere a las telefónicas lejos de su negocio, para siempre. Y que se mantendrá intransigente con cualquier posibilidad de invasión. Los fundamentos de Burzaco no son desconocidos para nadie: él, como el arco de cableoperadores del país, se basa en la abismal desigualdad de ingresos de uno y otro sector (27.000 millones de pesos argentinos de las incumbentes telefónicas y 2.600 millones del cable) y en la histórica inequidad del escenario en el que desarrollaron sus negocios (las telcos sostenidas en la exclusividad del servicio de voz y en los subsidios, y el cable a caballo exclusivo de sus propios esfuerzos e inversiones y en un ambiente de abierta competencia). La fiereza del discurso tenía como destinatario directo al interventor del Comfer, Julio Bárbaro, e, indirectamente, al vicepresidente de la Nación, Daniel Scioli, ambos sentados a metros de Burzaco. “No hay lugar para argucias de estas empresas ni tampoco para esos argumentos de que no se puede frenar a las tecnologías. Hay un marco regulatorio que impide claramente a las companias de telefonía a hacer radiodifusión”, remarcó el dirigente del cable. Al acto oficial le siguió la apertura formal de la feria comercial en la que sobresalen como expositores los principales programadores de la región.
