PRODU visitó el set del final de Vivir de amor, telenovela producida por Salvador Mejía, que concluyó transmisiones en Las Estrellas el pasado 26 de julio para México y el pasado 6 de septiembre en Univisión para EE UU. Durante la locación, realizada en una hacienda en el estado de Morelos, sus protagonistas, así como el director de cámaras hablaron sobre el trabajo llevado a cabo para lograr este final.
Protagonizada por Kimberly Dos Ramos, Emmanuel Palomares y Gala Montes, esta producción de 130 episodios alcanzó en su episodio final una audiencia de 2,6 millones de espectadores, de acuerdo con cifras de Nielsen IBOPE en México.
“Ha sido un personaje de mucha creación y exploración como actriz, además de llevarme al límite, incluso en este último episodio. También fue retador, pero me tiene feliz por la reacción de la gente porque es un proyecto en el que nos fue muy bien” comentó Gala Montes, quien interpretó a Rebeca, la villana de la historia.
Para el actor Juan Diego Covarrubias, uno de los elementos que hicieron atractiva esta telenovela fue haber entrelazado muchas historias en una sola: “Cada persona se identifica con cada historia, en la que una se apoya en otra, además de que los personajes están tan bien escritos, lo que hace que la gente sienta empatía”.
Emmanuel Palomares, quien interpreta a José Emilio, dijo que su personaje fue creciendo a lo largo de la historia: “Un reto actoral fue pasar de ser noble, generoso y bastante blanco, a quien le suceden situaciones trágicas, que del amor pasa al odio. Ha vivido el dolor profundo, pero el amor verdadero y al final vemos cómo cierra con el amor de su vida”.
A nivel tecnológico, Jesús Nájera, director de cámaras, detalló que se utilizaron cinco cámaras F55, así como un minidrón “que tiene la oportunidad de volar en interiores, además de que su sonido es menor que el de un dron normal y su calidad es bastante buena. También traemos equipos de HMI, que es luz fría, y reflectores como el M95 que nos ayuda para las escenas de noche en áreas grandes. Gracias a que las cámaras tienen el iris más abierto, ya no se requiere una gran cantidad de luz como antes, hoy por hoy ven mucho y nos da la oportunidad de tener luz más natural”.