Angélica Ley, consultora en Igualdad y Cultura de la Paz,
durante la sesión de diálogos digitales Come
Together: Equidad de género y no discriminación: un camino aún por recorrer,
organizado por la Alianza por el Valor Estratégico de las Marcas (AVE), destacó
que en el regreso a la nueva realidad, el discurso publicitario de las marcas
deberá tener como eje una comunicación empática, solidaria y resiliente.
“Para lograrlo, sus campañas deben comprometerse con los
derechos humanos de todas las personas a través del uso del lenguaje incluyente
y no sexista, pero también tomar postura frente a temas relevantes para la
sociedad mexicana contemporánea —comunidad LGBTTTI, indígenas, migrantes, entre
otras— y así contribuir a eliminar la violencia, discriminación e intolerancia”
aseguró.
Analú Solana, CEO en Health Space Mx, resaltó que 85% de las
mujeres considera que la publicidad necesita ponerse al día con el mundo real
para poder representarlas y para ejemplificar señaló que, de 2006 a 2016, la
representación de la mujer en comerciales apenas tuvo un crecimiento de 3%.
Alma Álvarez, directora general de Masproyectos, advirtió
que en ocasiones la publicidad promueve papeles y expectativas diferentes para
hombres y mujeres, que les indican cómo deben ser, sentir, pensar y actuar. “La
publicidad es excluyente cuando se usan etiquetas que definen metas,
expectativas y evolución diferentes para las personas en función de su color de
piel, oficio y sexo, aunque reconoció que en México, desde 2018, algunas
campañas —como Alen for Men de
Cloralex y Juntas imparables de Nike— han buscado romper estereotipos de
género, llegando incluso a ser reconocidas en los premios Effie.
Al referirse a las consecuencias de la publicidad sexista, Livia
Podestà, gerenta de Relaciones con Medios en el Instituto Sueco, detalló que 9
de cada 10 niñas se sienten mal sobre sus cuerpos a consecuencia de esta y que
87% quiere cambiar algo de su cuerpo después de haber estado expuestas a este
tipo de anuncios.