Recientemente, Google anunció que los contenidos generados con inteligencia artificial (IA) serían considerados como spam, ya que estos materiales no son aptos para el SEO de un sitio web, debido a que no son detectados por los algoritmos para rastrear e indexar los resultados en el buscador; lo que requiere de una revisión manual realizada por personas especialistas.
No sabemos si lo anterior desalentará el uso de la IA en la generación de contenido, aún así el futuro de esta tecnología para crear textos está por definirse. En tanto, existen varias herramientas de escritura con inteligencia artificial, las cuales desarrollan documentos en diferentes formatos, en grandes cantidades y con rapidez, materiales que pueden ser un gran avance para un escritor que no necesita trabajar desde cero.
Usos de la IA
En la actualidad, la IA ya es común en varias aplicaciones como los asistentes de voz: Alexa y Siri, para buscar una dirección en Google Maps o las sugerencias de contenido que el algoritmo realiza a los usuarios de Twitter y Facebook.
Hasta hace poco se pensaba que las industrias creativas se salvarían de la competencia con la IA, pero eso ha quedado en el pasado: desde creaciones literarias, periodísticas y evidentemente publicitarias, vemos cada vez más presencia de esta inteligencia, con resultados más que aceptables.
También la IA comienza a ser de suma importancia en el análisis para conocer el comportamiento de las personas o el resultados de una estrategia, así como las herramientas para automatizar tareas y el análisis predictivo que nos permite adelantarnos a necesidades del cliente para ofrecerle lo que busca.
Generación de contenido
La IA en aplicaciones CRM o en la publicidad digital se apoya en chatbots para ofrecer publicidad personalizada. Mientras que en la generación de contenido usualmente es una herramienta que emplea la tecnología de procesamiento de lenguaje natural, que permite a las máquinas procesar, organizar y publicar contenido.
Esto no significa que los escritores deberían comenzar a temer por su sustento. De hecho, la automatización del contenido podría ser motivo de celebración, al abordarlo con los medios para coexistir en el lugar de trabajo, puede hacer que nuestra labor sea más rápida y fácil de terminar y con mejores resultados. Ese es el caso actual para otras industrias que hacen uso de la inteligencia artificial. La IA puede investigar mucho más rápido que un ser humano, compilar información relevante y presentarla de manera coherente.
Para la publicación del contenido, será tarea del escritor analizar esa información, pulirla y generar un mejor mensaje. Con la información ya disponible, los escritores tendrán más tiempo para concentrarse en cómo se estructuran los artículos, cómo se construyen los argumentos u opiniones para lograr un mayor impacto en el lector.
Tendremos más tiempo para enfocarnos en elementos creativos como tono y persuasión. Entonces, en lugar de temer a las máquinas, puede ser que el papel del escritor de contenido se vuelva un poco más fácil.
La IA es una herramienta poderosa que aporta valor, una ayuda a la inteligencia humana y no su reemplazo, aunque puede ser que en 30 o 50 años las máquinas tengan la capacidad de inventarse y mejorarse y esa es la potencialidad que hace que muchos, desde la ciencia ficción hasta grupos de científicos, apelan a tener más consideraciones en su uso y desarrollo.