Leonardo Aboy, director general de Cuentas en Dentsu Creative Argentina, compartió un análisis sobre la creciente relevancia de la alegría y el juego en tiempos de crisis económica y estrés. De acuerdo con el ejecutivo, en un contexto donde la distracción y la conexión familiar son escasas, la búsqueda de momentos de diversión nace como una herramienta poderosa contra la complejidad de la realidad.
¿Son la alegría y el juego el camino?
En un mundo donde la alegría escasea y un país que enfrenta una crisis económica considerable, los momentos de distracción y distensión parecen ser el camino. La alegría, los momentos de juego y diversión, la conexión con amigos y familiares, y todo aquello que nos permite desconectarnos de la realidad, emergen como una herramienta poderosa contra una realidad compleja.
Si vamos a los hechos, Barbie dominó el año pasado como una arrasadora, irradiando una positividad teñida de color rosa, en una generación que busca el juego como forma de terapia.
La alegría y la diversión son formas de resistir para una generación que se siente estresada y ansiosa todo o casi todo el tiempo, según indican los datos de Deloitte. Las marcas y las audiencias buscan abrazar los placeres más simples. Las marcas de moda y belleza juegan con el absurdo y desafían nuestras percepciones de la realidad.
No es de extrañarse que más de la mitad de los encuestados en nuestro reporte, Tendencias Creativas 2024, piense que la mejor manera de lidiar con el estrés es usar el humor negro para reírse de ello.
El humor y el surrealismo regresan al mundo de la publicidad, que además encuentra un camino para propósitos sorprendentes.
El tiempo también se posiciona como un aliado, con un rechazo a la cultura de la prisa y acentuando una “vida más suave” con una generación, la generación Z, que invierte mucho tiempo en el autocuidado, como refugio, con un mayor énfasis en el equilibrio entre la vida y el trabajo y la cultura antiestrés.
La idea es volver a encontrar el tiempo para simplemente ser, disfrutar y compartir.
El juego se convierte en un refugio para las preocupaciones adultas. Los juegos Kidult son el mejor ejemplo de ello, siendo una industria multimillonaria, y ni hablemos de las Cenas Felices para Adultos de McDonald’s, que fueron un éxito instantáneo.
¿Cuál es la oportunidad para las marcas?
Encontrar y generar momentos de humor y diversión para las personas, y acompañarlas en sus momentos de relajación. Las marcas pueden crear pausas, rituales y momentos que permitan a los consumidores respirar y ser ellos mismos. Apoyar a las personas a encontrar optimismo en la vida puede ser un arma poderosa para promover el cambio.