Carla Vilches, Sr. Strategist de Founders, tiene un acercamiento bastante claro sobre los elementos que impiden en la industria mejorar la paridad de género en todo tipo de ejes: la falta de escucha y acción.
“Más allá de garantizar equitativamente el acceso a espacios y oportunidades, lo primero pasa por la escucha: de nada sirve que una persona a cargo se identifique con tal o cual identidad si su ejercicio de funciones carece de perspectiva de género. De igual forma, de poco sirve la escucha en cualquier caso laboral, académico, social si solo queda en el plano de discusión o denuncia y no llega a la acción. Creo que es en esos dos primeros pasos donde el ritmo se vuelve glaciar, en tanto gran medida de las partes adjudicadas al poder y la influencia fallan en canalizar lo que llega a la mesa” describe Carla.
Fuera del sector de la publicidad, algunos ejemplos de avances significativos a gran escala se muestran en la escena deportiva. “Atletas y tenistas mujeres de distintas partes del mundo han levantado la mano y señalado injusticias que padecieron por su género, en relación con la maternidad, la diferencia salarial, la inequidad de auspiciantes, los uniformes y demás. Pasó algo similar con deportistas hombres, quienes han compartido públicamente que están en tratamiento terapéutico, y enfrentan luchas por equilibrar su salud mental; temas cada vez más frecuentes, pero bastante tabú hasta hace poco para los hombres en el plano público. Si bien no es a gran escala porque son ejemplos mediáticos por pertenecer a grupos excepcionales, el hecho de que la noticia se publique ya genera conversaciones que poco a poco se van filtrando en otros ámbitos”.
Confiesa que ha sido significativo ser testigo de una transición que en otro momento u otra temática quizás le hubiera pasado inadvertida. “Desde mis primeros trabajos hasta acá, el 8 de marzo pasó de ser un día más a recibir obsequios femeninos, a charlas en torno a desafíos de las mujeres en el trabajo (pero no necesariamente con reflejo en la práctica), a que las discusiones y cambios se den independientemente del 8M. Esta transición se dio tanto en las estructuras laborales por las que pasé como también en los anuncios publicitarios: los roles que como responsables de la comunicación les dábamos a las personas según su género, hoy son repensados numerosas veces, y por grupos más diversos que antes. Más aún en proyectos para categorías sumamente cuestionadas, como limpieza, crianza, higiene personal, cuidado del hogar, alimentación. En todos esos momentos, lo más significativo fue encontrar cada vez más personas dispuestas a desafiar, escuchar y adaptar”.
Sobre el papel que desempeñan los clientes a la hora de responsabilizar a las agencias e impulsar mejoras en la paridad de género, el ecosistema está bastante desequilibrado. “Es algo que estoy viendo en forma parcial en los últimos años. Por un lado, algunos anunciantes demandan estas mejoras; y por otro lado, hay anunciantes que esperan un equipo espejo de quienes consumen su producto, sin considerar que esa exclusividad puede limitar su propio crecimiento. Tampoco faltan anunciantes que simplemente desarrollan proyectos sin siquiera mencionar la cuestión de paridad. Por lo tanto, el papel que desempeñan es fundamental en tanto tengan la capacitación y las herramientas desde el momento en que pertenecen a una entidad emisora de mensajes, pero también desde el momento en que nos buscan para formar parte del proceso. Siendo profesionales de la comunicación, las agencias tienen su responsabilidad como representantes de las audiencias, pero en especial, tienen un compromiso en virtud de su poder de agencia en la sociedad”.