El cambio estuvo a cargo de la agencia Publicis, en asociación con el CBA Diseño de Paris y OgilvyOne Frankfurt. El nuevo logotipo cambia de tipografía. La actual carece de remates y se le han suavizado los contornos, para eliminar los rasgos punzantes que tenía la anterior y conseguir una tipo mucho más moderna y cálida. Se mantiene la característica prolongación del asta de la N y el acento se exagera, además de cambiar de color, para que funcione como un símbolo, con una forma que quizá nos pueda recordar a un pájaro. La taza roja, característica de la marca, que todos identificamos, cobra también un papel destacado en el identidad. Se han creado distintas vistas de esta taza para ser utilizadas como recurso en posibles aplicaciones. Las submarcas existentes del café comentadas al inicio, también experimentarán progresivamente un rediseño para adecuarlo a la nueva filosofía de la marca, que quiere otorgar más protagonismo a Nescafé.
