Ismael El-Qudsi, CEO de SocialPubli, explica por qué las redes sociales han democratizado el marketing digital y abierto las puertas a nuevos influencers, que, enfatiza, poco tienen que ver con los grandes números de seguidores.
“Me encanta poner como ejemplo a mi madre. Para mí no hay persona que me influya más en un hobby que me apasiona: la cocina. Cuando quiero sorprender con un platillo, recurro a los olores y sabores de mi infancia, y a ella para pedir consejo” afirma.
Explica que el espectro de influencers va desde las celebridades con millones de seguidores y blogueros profesionales con una sólida base de seguidores, a los microinfluencers o usuarios diarios de las redes sociales que cuentan con menos de 5 mil seguidores.
Algunas ventajas de trabajar con microinfluenciadores:
• Mayor compromiso: A medida que el número de seguidores de una persona influyente aumenta, disminuye la tasa de compromiso o engagement (gustos y comentarios) con los seguidores.
• Credibilidad: El contenido es naturalmente más auténtico y parece más sincero. Tiene algo que vale oro: credibilidad. Los consumidores pueden detectar inmediatamente cuando un mensaje no es sincero y la primera reacción suele ser ignorarlo o rechazarlo.
• Rentabilidad: Con la misma cantidad de presupuesto utilizada para contratar a una celebridad o un influencer de alto nivel, las marcas pueden colaborar con unos 20 a 30 microinfluencers para llegar a diferentes grupos demográficos e, incluso, regiones para probar diferentes estrategias y comparar el engagement y los resultados.