Cualquier marketero moderno sabe que la población hispana de EE UU sigue creciendo y evolucionando rápidamente. Algunos, incluso, son conscientes de que este segmento de consumidores es el principal motor de crecimiento para sus categorías y marcas. Así lo describe Louis Maldonado, socio y director gerente de d’expósito & Partners, en un artículo titulado Las 5 mejores prácticas del marketing hispano publicado en ANA.
Entonces, ¿por qué, incluso con el creciente compromiso con todas las cosas DEI —la priorización de la inclusión y la autenticidad en la narración de la marca para que los consumidores se sientan “vistos” y “escuchados”— un gran número de clientes y sus agencias están saltándose u olvidando las mejores prácticas probadas y verdaderas en el marketing hispano? se pregunta Louis.
La respuesta es sencilla: existe la suposición errónea de que, dado que la corriente dominante estadounidense se está acercando al punto de inflexión multicultural mayoritario, la forma de hacer marketing multicultural consiste en realizar amplias campañas de mercado basadas en percepciones universales y que cuenten con elencos diversos e inclusivos.
“Por favor, no me malinterpreten. El aumento de la diversidad y la inclusividad en las principales campañas son muy meritorios y aplaudidos, pero la inclusividad por sí sola no es suficiente para atraer e impulsar la confianza en la marca y la intención de compra de los hispanos y otros segmentos multiculturales. ¿Por qué? Porque los diversos miembros del reparto suelen interpretar papeles generales —en algunos casos, incluso blanqueados— que pueden ser polarizantes e incluso ofensivos. Ganarse a los consumidores hispanos requiere un nivel más profundo de narración perspicaz y auténtica para que estos consumidores en crecimiento no solo sean vistos u oídos, sino comprendidos en profundidad”.
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