Para Sergio Roitberg, CEO de Newlink, la renuncia esta semana del fundador de Uber, Travis Kalanick, a su puesto como CEO de su propia compañía, muestra la vulnerabilidad a la que están expuestos los empresarios y entrepreneurs actuales.
“Porque si Kalanick no pudo sobrevivir una crisis de reputación, ¿quién puede? Después de todo, este es el hombre que, casi solo y con mucha audacia, lanzó la empresa que terminó con una de las vacas sagradas del mundo civilizado: la hiperregulada industria de los taxis, de la que mamaron durante décadas variados grupos de poder, desde sindicatos hasta grandes empresas, pasando por agencias regulatorias y de gobierno”.
Advierte que en el mundo actual el manejo de la reputación, aun para las empresas nacidas en el nuevo mundo, que parecen poder llevarse todo por delante, ha pasado a ser una parte integral del trabajo del CEO, tan importante como el manejo operacional de la compañía.
“La comunicación como forma de tapar nuestras falencias, ya no existe. Hoy, el cuidado de la reputación tiene que ser parte del business plan. El tema ya no es operar, y ver qué sucede luego, con un manual de manejo de crisis copiado de otra empresa”.
A su juicio, lo más irónico de toda esta situación es que gran parte de la crisis en la que está sumida hoy la empresa está ligada a las mismas características que la hicieron grande en tiempo récord y en un contexto abierto a la disrupción: “Su decisión de reescribir las reglas del juego y su voluntad por avanzar cueste lo que cueste a la velocidad que requiere el mundo actual”.