Director, guionista y productor argentino, con más de 20 años de trayectoria en la industria. Un storyteller nato que combina cine, publicidad y dirección de actores en cada proyecto, creando narrativas visuales impactantes. Ha trabajado con algunas de las marcas más influyentes del mundo, incluyendo Nike, Nissan, Samsung, Coca-Cola, Pepsi y VW, destacándose en automotive, sports, narrative y lifestyle.
Su cine, que fusiona lo clásico con lo moderno, ha sido premiado en festivales internacionales, incluyendo el Festival de Mar del Plata y el de Moscú, donde su segundo largometraje “Tres hermanos” obtuvo importantes reconocimientos. En publicidad, ha sido galardonado con premios en Cannes y en los One Show Awards, por “Las historias que nos mataron” y “Save the Children /// Survivors”. Su compromiso con la innovación y la calidad sigue impulsándolo a explorar nuevas fronteras creativas, transformando historias de simples cuentos a viajes experienciales. “La publicidad exige una versatilidad absoluta y me gusta poder explorar diversos géneros y universos”.
1.- ¿Cuál es el tono visual y narrativo que te define como director?
Cada guión necesita un enfoque único y responde a necesidades específicas. Algo que define mi estilo es la potencia narrativa, concentrándome en darle una estructura sólida, donde cada imagen impacte por si misma, de una manera audaz e innovadora, haciendo de la estética el pilar fundamental de cada frame. Visualmente, me atrae un uso expresivo de la luz natural, la textura y la composición; una cámara que se sienta viva, inmersiva, a veces estática, a veces urgente. Hay una búsqueda por una estética que sostenga el peso de cada imagen, sin embargo, la publicidad exige una versatilidad absoluta y me gusta poder explorar diversos géneros y universos. Aunque mi instinto me lleva hacia historias crudas y de profundidad emocional, con peso dramático, también ataco narrativas puramente visuales y cargadas de postproducción. Siempre pienso en los comerciales como cortometrajes comprimidos en segundos. El desafío es que sean visualmente envolventes, memorables y que resuenen en la audiencia.
2.- ¿Cómo adaptas el mensaje visual de un comercial para conectar efectivamente con las audiencias latinoamericanas?
Latinoamérica tiene una relación visceral con la imagen y la emoción. Nos conectamos con lo auténtico, con lo que sentimos cercano, con lo que nos recuerda algo vivido. Si la historia es real y la imagen está viva, la conexión es instantánea. En los últimos años, el comercial de Latam ha desarrollado una fuerza propia y una identidad de arraigo encontrando su autenticidad. El orgullo de pertenecer se imprime en cada discurso y conecta fuerte con la audiencia. Países como México han construido una estética alrededor de esta idea, que ha cambiado completamente su comunicación, y han inferido directamente en la sociedad. Me gusta mucho también como se ha ampliado el concepto del cast alejándose de lo aspiracional para acercarse a lo real. También me parece clave como ha evolucionado el craft y el finishing, dejando de intentar imitar algo foráneo y apropiándose de técnicas para llevarlo a este camino de generar identidad.
3.- ¿Qué tendencias publicitarias consideras más influyentes y de qué manera las incorporas en tus proyectos?
Creo que hay dos fuerzas en juego en este momento. La primera es la integración total de la IA y las nuevas tecnologías. No es una moda, es una herramienta que está redefiniendo la industria y quien no la use, quedará atrás. Hoy podemos generar concept boards, modelar locaciones, objetos y personajes en 3D, crear moodboards de música e incluso replicar voces, todo de forma más ágil y eficiente. Uso estas herramientas en cada proyecto porque optimiza tiempos sin sacrificar calidad. Sin embargo, creo que otra tendencia, quizás por contraste, está buscando retratar el instante, el momento humano y sensorial. Cámaras fijas que se detienen en detalles estéticos y sensibles, que nos llegan por la emoción e inclusive por la imperfección. Cannes 2024 terminó de definir que si bien la IA está acá para quedarse y será tendencia, la oportunidad de narrar una historia siempre seguirá conectando con el espectador. Y quizás los tiempos de consumo cambien en busca de eso. Hay un cruce interesante entre cine y publicidad: piezas más largas, con narrativas que funcionan como microhistorias. Creo que el snackable es un concepto dinámico, y espero que evolucionemos hacia seguir contando de maneras diversas y únicas. En términos de lenguaje visual, noto una tendencia a lo sensorial y lo táctil, algo que ya forma parte de mi ADN como director. A la imagen hay que sentirla.
4.- ¿Qué diferencias culturales en Latinoamérica tienes en cuenta al trabajar con marcas globales?
Latinoamérica es un territorio plagado de contrastes. Pasión, resiliencia y sentido del humor. Hay una manera muy particular de contar historias, y eso es clave al trabajar con marcas globales. Lo que funciona en Europa o EE.UU. no siempre resuena en Latinoamérica. Acá buscamos identificación, queremos vernos reflejados en la historia, por eso es importante evitar clichés y entender las capas de identidad de cada país. Cada región tiene su pulso, su ritmo, su manera de contar. El reto con las marcas globales es traducir su mensaje sin perder su esencia, pero haciéndolo propio de nuestra cultura. Me parece importante saber a quien nos dirigimos y hablarles de una manera directa, inteligente y fuerte.
5.- ¿Cuál es tu próximo reto?
Tengo varios frentes abiertos, todos igual de desafiantes. En primer lugar, mi partnership con NOT NORMAL U.S. para West Coast, acoplándome a un equipo que ha logrado posicionarse rápidamente en distintos mercados; establecerme en L.A. como Executive Producer, Director y Partner para seguir rompiendo el molde, expandir los límites de la marca y compartir mi visión es un gran reto. Seguir explorando los límites entre cine y publicidad. Crear piezas que no solo vendan, sino que se sientan como experiencias cinematográficas. En segundo lugar, estoy desarrollando mi tercera película “Cicatrices”, buscando financiamiento para filmar cuanto antes y finalizar lo que llamo “La trilogía del Río”, que se complementa con “Tres Hermanos” y “Zanjas”, mis películas anteriores. Y por último, la finalización de dos películas que tenemos en postproducción: “El evangelio según Marcos”, de Eloy González, primera adaptación de un cuento de Borges en más de treinta años, y el documental “Amantes en el cielo” de Fermín de la Serna, que está pronto a su estreno. Muchos desafíos en paralelo, pero todos con el mismo objetivo: seguir contando historias con peso cinematográfico y expandir mi lenguaje visual en cada proyecto.