Las películas de Sylvie están impregnadas de realismo poético. Su origen alemán-dominicano la ha enfrentado a preguntas sobre la identidad y han motivado su exploración de la humanidad. Su trabajo se ha presentado en Black Star Film Festival, BAM, LA Film Forum, New York African Film Festival, Seoul International Film Festival, Pacific Film Archive, Triennale Milano, Museo Italiano Audiovisivo e Cinema. “Me importan las historias que reimaginan la libertad a través de narrativas de resistencia y enfrentan injusticias históricas y morales”.
1. ¿Cómo ha influido tus raíces y origen en tus historias y en tu trayectoria profesional y personal?
Al crecer en medio de la tranquilidad de un pueblo alemán con raíces dominicanas y familia dispersa por Estados Unidos, mi crianza fue un tapiz de influencias diversas y matices culturales. La falta de un entorno creativo en el campo hizo que mi imaginación floreciera aún más. Los sueños y la fantasía sirvieron como santuario mientras las preguntas sobre identidad y pertenencia se entrelazaban en el tejido de mi ser y más tarde en mi práctica cinematográfica. Incluso hoy, a menudo me inspiro en mis sueños, ya que el inconsciente y el instinto iluminan verdades sobre nosotros mismos y nuestro universo. Hay algo en el realismo poético, los entornos abstractos y surreales que simplemente me resultan adecuados, y encuentro un sentido de comodidad y libertad al ver el cine como una práctica espiritual. Me permite adentrarme en los misterios de nuestro pasado y presente de una manera que se siente auténtica y convincente para mí.
La narración de historias es una parte muy significativa de la cultura dominicana; crecí con muchas historias vibrantes de mi familia, y la historia alemana y la complejidad de su identidad cultural han alimentado mi curiosidad y moldeado la trayectoria de mi carrera de manera profunda. Supongo que todas esas idiosincrasias y diferentes influencias me han impulsado a explorar las profundidades de las complejidades humanas, y tengo la suerte de que de alguna manera me llevaron al cine. Es porque he trabajado en todo tipo de trabajos desde temprana edad y he labrado mi camino en la realización cinematográfica sin un plan definido que nunca doy por sentado el privilegio de practicar mi oficio. Para mí, la realización cinematográfica es un proceso profundamente personal y en constante evolución, a veces doloroso, que aprecio de todo corazón.
2. ¿Cómo observas la participación de las mujeres en la industria audiovisual? ¿Qué cambios consideras que faltan?
El mundo comercial, en particular, puede ser bastante desafiante para los talentos con antecedentes diversos para ingresar. La representación es vital para el crecimiento y la evolución del cine, y debe comenzar desde la fase de presentación de proyectos. Desafortunadamente, todavía existe una gran falta de confianza y oportunidades tangibles cuando se explora un terreno desconocido o se otorgan trabajos a mujeres, personas no binarias y transgénero. Las agencias y los clientes a menudo se basan en trabajos anteriores como punto de referencia, creando una barrera para aquellos que aún no han tenido la oportunidad de mostrar sus habilidades.
La gente debe recordar que el cine es una práctica, no solo una industria. Es una habilidad que se desarrolla con el tiempo. Se trata de crear un entorno sostenible donde las mujeres puedan mostrar sus habilidades, experimentar con su arte e incluso cometer errores.
Es evidente que necesitamos fomentar activamente oportunidades más equitativas y diversas dentro de la industria cinematográfica. También existe un deseo colectivo de liberarse de las narrativas codificadas por género, ya que nuestras experiencias de vida, intereses y perspectivas son rica y diversamente multifacéticas. Anhelamos presenciar esta riqueza reflejada tanto en la pantalla como en el proceso creativo detrás de ella.
3. ¿Qué buscas al momento de narrar una historia?
Cuando cuento una historia, me importa genuinamente aquellas que reimaginan la libertad a través de narrativas de resistencia y confrontan injusticias históricas y morales. De manera subconsciente, tiendo a inclinarme hacia narrativas con un toque místico, que difuminan las fronteras entre la realidad y lo etéreo, lo cual, para mí, permite una exploración más profunda de las complejidades humanas. Independientemente del género o formato, siempre busco crear experiencias que resuenen profundamente en el alma humana y se conecten con nuestra memoria colectiva. En última instancia, me esfuerzo por crear historias que no solo entretengan, sino que también dejen un impacto duradero, desafiando percepciones y provocando conversaciones significativas mucho después de que terminen los créditos.
4. ¿Cuál es tu palabra para este 2024? ¿Y cuál es el proyecto deseado de Sylvie?
Con respecto a todas las injusticias y guerras que actualmente están sucediendo en el mundo, mi palabra para 2024 es “resiliencia”.
Mi proyecto de ensueño en este momento, aparte de mi largometraje que estoy desarrollando actualmente, sería una serie de televisión antológica que fusiona un poco de ciencia ficción con una variedad de problemas climáticos y folclore. En aspectos de publicidad, tengo ganas de meterme más en proyectos de deportes. He jugado al tenis y fui gimnasta, así que me encantaría filmar más con atletas.
