Telecom Advisory Services, patrocinado por SBA Communications, realizó un estudio analizando las torres de telecomunicaciones en Latinoamérica. En 2022, se llevó a cabo el despliegue de torres inalámbricas en 192.000 lugares a lo largo de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Nicaragua, Panamá y Perú, según el informe.
Esto muestra que la industria latinoamericana de torres inalámbricas está avanzando. No obstante, aún debe enfrentarse a “una regulación restrictiva y obsoleta, y con el modelo de negocios conservador de los principales proveedores”.
Por su parte, cabe destacar que “en promedio, la mitad de la base instalada está en manos de empresas independientes. Lo que resalta la importancia de las torres, debido a que “el desarrollo de una industria de torres independiente, vibrante y sostenible es fundamental para el desarrollo futuro de las telecomunicaciones inalámbricas en América Latina”.
El panorama general de LatAm es el siguiente: Chile es el país más avanzado en contar con normas que fomentan el desarrollo de la industria. Si bien, “el 73% de los países analizados cuentan con normas específicas (leyes, reglamentos o normas técnicas) sobre despliegue de infraestructura pasiva”.
En cambio, solo Brasil, Colombia y Chile cuentan con planes sólidos de desarrollo de infraestructura pasiva para la tecnología 5G. Mientras que “Perú y Panamá ya definieron una normativa para el despliegue de microceldas (estaciones de baja potencia) o aditamentos urbanos”.
En cuanto a los países que lideran el crecimiento de torres nuevas en el período actual se encuentran El Salvador (CAGR de 14,5%) y Guatemala (10,2%). En términos generales el informe señala que la región registró una tasa de crecimiento anual compuesto (CAGR) de 6,50% entre 2016 y 2022.
Entre las conclusiones del informe se encuentra que se recomienda a los reguladores mejorar la eficacia en la emisión de permisos, impulsar el fomento de infraestructuras y servicios compartidos “como un elemento para una mayor inversión capital”. Asimismo, se estima que para 2030 se necesitarán “entre dos y tres veces el número actual de antenas”.
Finalmente, se concluye que la modernización de las infraestructuras existentes es importante para el desarrollo del sector, haciéndolas más ecológicas, además de invertir en la transformación digital tanto “dentro como fuera de las empresas”.