Brasil
reportó que durante los primeros seis meses de 2022, 2,34 millones de metros de
cables de telecomunicaciones fueron robados o sustraídos, un hecho que diversos
operadores de Latinoamérica han manifestado como un severo problema para la
inversión y despliegue de infraestructura.
El
volumen robado representa un aumento del 28% con relación al semestre anterior,
cuando se robaron 1,83 millones de metros. Esta subida se produce después de
que el sector registrara una caída del 11% en el volumen de cables sustraídos o
sustraídos en 2021, respecto a 2020.
Se
estima que el hurto ha dejado a más de 4 millones de clientes sin acceso a
servicios de telecomunicaciones. El valor robado en el primer semestre de este
año vuelve al nivel registrado en el primer semestre de 2021, cuando se robaron
o sustrajeron 2,3 millones de metros de cables de telecomunicaciones.
El
alto registrado en comparación con el volumen sustraído en el segundo semestre
de 2021 refuerza la preocupación del sector por estas acciones delictivas. São
Paulo, Paraná, Minas Gerais, Espírito Santo y Río de Janeiro son los estados
que más sufrieron el problema.
Entre
los estados que más registran este tipo de delitos, Espírito Santo fue el que
registró el mayor aumento. El volumen de cables de telecomunicaciones
sustraídos o sustraídos en el estado creció 162% respecto al semestre anterior
y frente al primer semestre de 2021 más que se triplicó, registrando un
incremento de 245%.
São
Paulo, que sigue siendo el estado que más sufre con estas acciones, registró un
aumento del 16% en el volumen de cables robados frente al semestre anterior,
pero registró una reducción del 21% frente al primer semestre de 2021.