De acuerdo con el artículo 28 Constitucional y a partir de la Reforma en Materia de Telecomunicaciones, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) es el encargado de regular de “forma asimétrica a los participantes en estos mercados con el objeto de eliminar eficazmente las barreras a la competencia y la libre concurrencia”, así como de imponer límites a la concentración nacional y regional de frecuencias.
Sin embargo, son ya varias las ocasiones en que el regulador ha incumplido este precepto, explica Ernesto Piedras, CEO de The Competitive Intelligence Unit (The CIU).
“Resulta relevante la próxima decisión que deberá tomar el regulador sobre autorizar o no al operador preponderante, América Móvil, allegarse 60 MHz adicionales de la banda de 2.5 GHz en actual tenencia por MVS” afirma.
Piedras detalla en su informe que al revisar cómo quedaría la tenencia espectral en México resulta que, con esta transferencia de frecuencias, el preponderante llegaría a contar mitad (51%) de las frecuencias en operación efectiva al día de hoy, lo que resulta en un diferencial significativo respecto a sus competidores AT&T (32%), Movistar (16%) y otros servicios de acceso inalámbrico (1%); “Esto resultaría en una aun mayor concentración espectral a favor del operador preponderante, desproporcionada ante sus pares en el mercado en una banda de nueva generación (LTE) de alto poder de transmisión y económico”.
“Cabe entonces preguntar: ¿hasta cuándo dejarán de ocurrir estos capítulos de contrarreforma en los que el regulador contraviene su mandato de fomentar condiciones de competencia? ¿Qué justificaría autorizar una transferencia de espectro radioeléctrico que desbalancearía aún más su tenencia en favor del preponderante? ¿Por qué el regulador parece actuar en contra de la competencia?” cuestionó.