De acuerdo
con Blake Lemoine, ingeniero de Google, LaMDA (Language Model for Dialogue
Applications), el cerebro de
inteligencia artificial alojado en la nube, cuya alimentación son billones de
textos y se autoentrena, ha alcanzado conciencia.
El LaMDA fue
diseñado por Google en 2017 y tiene como base un transformer, es decir, un
entramado de redes neuronales artificiales, un código de números y un circuito sobre un fondo negro.
“Esta
red neuronal se entrena con grandes cantidades de texto. Pero el aprendizaje es
por objetivo y se plantea como un juego. Tiene una frase completa pero le
quitas una palabra y el sistema tiene que adivinarla” explicó para la
BBC Julio Gonzalo Arroyo, catedrático de la UNED (Universidad Nacional de
Educación a Distancia) en España e investigador principal del Departamento de
procesamiento del lenguaje natural y recuperación de la información.
El sistema
pone palabras por ensayo y error y, cuando se equivoca, mira en las últimas
páginas, ve la respuesta correcta y así va corrigiendo los parámetros, a la vez, identifica el significado de cada palabra y pone atención a las palabras
que la rodean.
Esta fluidez
es uno de los objetivos de Google, tal y como indican en su blog de tecnología.
Y la consiguen, dicen, fijándose en que las respuestas sean de calidad, que
sean específicas y haya interés.
“Para que
tengan calidad, deben tener sentido. Por ejemplo, si le digo a LaMDA “He
empezado a tocar la guitarra” debería responder algo relacionado a esto y
no cualquier cosa sin sentido. En este
caso, explica el especialista, el sistema da respuestas que muestren interés,
perspicaces, ya iría a un nivel más elevado como por ejemplo: “Una Fender
Stratocaster es una buena guitarra, pero la Red Special de Brian May es
única” dice Arroyo.
¿Cuál es el
secreto para dar respuestas con ese nivel de detalle? Se autoentrena.
“Después de leer billones de palabras tiene una capacidad extraordinaria
para intuir cuáles son las palabras más adecuadas en cada contexto”.
Para los
expertos en inteligencia artificial, transformers como LaMDA han supuesto un
hito porque “permiten un procesamiento (de información, de textos) muy
eficiente y han producido una auténtica revolución en el campo del procesamiento del lenguaje natural”.
El sistema
ha pasado por 11 revisiones distintas de los principios de la AI “junto
con una rigurosa investigación y pruebas basadas en métricas clave de calidad,
seguridad y la capacidad del sistema para producir declaraciones basadas en
hechos” concluye el investigador.