En el marco del Festival Internacional de Cine de Monterrey, se llevó a cabo el panel titulado: Nuevo León y la industria fílmica, donde representantes clave del sector audiovisual de la región, discutieron las oportunidades y retos que enfrenta el estado para consolidarse como un centro de producción cinematográfica en México. El panel contó con la participación de Pablo Daniel Quiroga, de Next, Bernardo Flores, de Estudio B, Andrés Valenzuela, de Cinefusión, y Óscar Adrián González, de Fantasma Films, quienes compartieron su visión y experiencia en la industria.
Pablo Daniel Quiroga, de la compañía Next, destacó la importancia de que los mexicanos consuman cine nacional: “Somos la segunda entidad con más salas de cine, pero no consumimos lo nuestro. Con el nuevo gobierno, no sabemos qué pasará con los estímulos, pero debemos hacer buen cine para que se consuma”. Quiroga subrayó que la infraestructura técnica en Nuevo León está bien posicionada, con foros, estudios de grabación y salas de mezcla, además de un equipo técnico capacitado. “Estamos a nada de que esto explote exponencialmente” expresó, refiriéndose al potencial de la industria local.
Por su parte, Bernardo Flores, de Estudio B, enfatizó el carácter valiente del cine mexicano, especialmente cuando se trata de apostar por proyectos que no siempre tienen gran respaldo financiero, como las películas de suspenso. “Hacemos lo que nos gusta hacer, pero a veces parece que estamos contra la corriente” señaló Flores. A pesar de los retos, destacó que la industria cinematográfica mexicana sigue apostando por proyectos culturales, lo que en ocasiones dificulta su viabilidad comercial. Sin embargo, enfatizó la valentía de los cineastas mexicanos al explorar géneros menos convencionales.
Andrés Valenzuela, de Cinefusión, habló sobre la necesidad de ser más estratégicos en cuanto a la creación de contenidos y a la búsqueda de financiamiento. “Debemos bajarle dos rayas a nuestro orgullo y pensar en algo más comercial” haciendo hincapié en la importancia de adaptar las producciones a las realidades del mercado y los estímulos disponibles, los cuales calificó como limitados. Además, destacó que, aunque el cine mexicano tiene una identidad muy particular, esto puede limitar su atractivo para audiencias más amplias. “La diferencia es que la industria es soñar” agregó, comparando la producción masiva de películas en Estados Unidos, donde solo una fracción de las películas llega a tener éxito comercial.
Finalmente, Óscar Adrián González, de Fantasma Films, reflexionó sobre la tendencia de muchos cineastas mexicanos a apuntar a nichos específicos, lo que, según él, puede ser sorprendentemente exitoso en ocasiones. Sin embargo, reconoció que este enfoque también puede ser limitante. “No podemos hacer siempre el tipo de cine que queremos” señalando la necesidad de considerar las dinámicas del mercado y la audiencia al desarrollar proyectos. Además, González advirtió que la industria cinematográfica mexicana no debería compararse directamente con la de Estados Unidos debido a las diferencias en tamaño y estructura. “La forma en que consumimos cine como mexicanos es distinta a otros mercados” concluyó.
El debate dejó claro que, aunque hay un largo camino por recorrer, la industria cinematográfica en Nuevo León está en el lugar correcto para dar un salto exponencial en los próximos años. Las oportunidades están presentes, pero dependerá de cómo se gestionen los recursos y se ajusten las expectativas para que este crecimiento se materialice.