The Damned se estrenó en el Festival de Cine de Cannes de 2024 como parte de la categoría Un certain regard (Una cierta mirada) y recibió el galardón al mejor director dentro de la misma categoría. Asimismo, el filme se presentó durante la 49.ª edición del Festival de Cine Internacional de Toronto. La última producción del director y guionista italiano Roberto Minervini está ambientada en 1862, durante la guerra civil estadounidense, y explora las vidas de los soldados voluntarios emplazados en la frontera occidental, combinando reflexiones profundas con imágenes deslumbrantes.
Conversamos con Natalia Raguseo, colorista de Imago VFX, en Turín, Italia, que desempeñó un papel clave en la composición del estilo visual de la película, junto con el director de fotografía Carlos Alfonso Corral. Raguseo, que cuenta con estudios sobre pintura clásica y medios digitales en su haber, entregó el material etalonado y finalizado en DaVinci Resolve Studio, mientras que Fabrizio Nastasi, director ejecutivo de Imago VFX, estuvo a cargo de supervisar la masterización del largometraje.
El largometraje se filmó con una cámara cinematográfica digital que ostenta un sensor de gran tamaño (LF), junto con objetivos clásicos de distancia focal fija TLS Canon Rangefinder, y refleja la visión compartida de Minervini y Corral, caracterizada por una composición meticulosa y una narrativa que se desarrolla lentamente con la intención de destacar la larga espera de los soldados, e incluye varios primeros planos de sus rostros. Los objetivos gran angulares y el efecto de desenfoque de los modelos clásicos ponen énfasis en las expresiones de los personajes y crean un ambiente inmersivo que remarca sus luchas internas, en lugar de la guerra en sí.
“Con respecto a la colorimetría de la película, optamos por una paleta de tonalidades frías para reflejar la naturaliza inhóspita del lugar y transmitir una experiencia visual franca que ayudara a que el público sintiera empatía por los conflictos interiores del protagonista” explicó Raguseo.
Asimismo, añadió: “Las herramientas de correcciones cromáticas primarias y secundarias, incluidas las de distorsión cromática y curvas me brindaron la posibilidad de retocar las tonalidades naturales para crear un efecto visual distintivo que exacerba la sensación de angustia. Nos centramos en realzar la percepción de impenetrabilidad en el entorno, donde el enemigo está siempre presente, pero oculto, subrayando el efecto de desenfoque del objetivo que emula un sueño”.
La visión de Minervini gravitaba en torno a la precisión histórica y el realismo. Tanto el uso exclusivo de la luz natural, que constantemente cambia de color, intensidad y dirección, como el rodar al amanecer y al atardecer contribuyeron a la autenticidad de la película.
Raguseo describe una escena de una emboscada como un ejemplo destacado del uso artístico de la luz natural. “Esta escena se grabó durante 15 días y capta la belleza de la hora azul. A través del etalonaje, transmití visualmente cómo se va transformando la luz, que culmina en la profunda e inquietante oscuridad de la noche”.
Las elecciones de iluminación no fueron simplemente por continuidad visual, sino que fueron una decisión artística deliberada con miras a recalcar las fluctuaciones naturales de la luz a lo largo del tiempo. “Supervisé de cerca los colores y la exposición mediante la función de positivado de DaVinci Resolve, y usé una Máscara mágica para aislar y adaptar ciertos elementos específicos dentro de la escena, realzando el carácter evocativo” observó Raguseo.
Raguseo también habló acerca de la escena final en la nieve, que es una de sus preferidas: “Está ambientada en el desierto de Montana y muestra la separación de una unidad militar, que termina en un momento conmovedor entre los dos protagonistas, que hacen una pausa frente al paisaje nevado y melancólico, con la mirada en alto, mientras los copos de nieve acarician sus rostros”.
El etalonaje de esta escena fue desafiante, dado que la nieve refleja el ambiente con variaciones de color sutiles. “Usar objetivos clásicos añadió más complejidad, introduciendo reflejos singulares”.
El lenguaje de transformación cromática de DaVinci (DCTL) permitió a Raguseo controlar con precisión hasta los detalles más pequeños y representar con claridad los reflejos naturales de la nieve y los elementos del entorno, tales como la vegetación y los uniformes de los soldados.
“En esta escena, aplicar la técnica de grisalla me dio la posibilidad de estudiar las luces y las sombras meticulosamente e incorporar principios de la pintura artística para aportar a la película una profundidad visual excepcional” reveló Raguseo.
El etalonaje del intermedio digital se llevó a cabo en una pantalla cinematográfica de siete metros, en una de las salas de mezcla en color y con sonido 5.1 de IMAGO VFX, para lo cual se recurrió a un proyector Barco y a un dispositivo DaVinci Resolve Mini Panel.
Las salidas de video DCI 4K de dos enlaces se conectaron a DaVinci Resolve Studio mediante una tarjeta de captura y reproducción al proyector Barco, a través de una matriz de conmutación Blackmagic Videohub 40×40 12G. Para las mezclas de audio 5.1, las señales se transmitieron a través de la tarjeta DeckLink 8K Pro a un procesador cinematográfico CP750 de Dolby Digital, con dos unidades Mini Converter SDI to Audio 4K, que enviaban la señal al sistema de sonido 5.1 de la sala.
“Durante la etapa de masterización, recurrimos a DaVinci Resolve para generar, de manera eficiente, diversos formatos para distribución internacional, incluidas secuencias DCI DPX 4K, y anticipos en HD ProRes 4444 y H.264 para revisiones internas” afirmó Nastasi.
“Esta fue una verdadera colaboración entre el equipo técnico, creativo y tecnológico que tenía por fin captar la esencia de la película de Minervini. The Damned se etalona en DaVinci Resolve Studio para crear profundidad visual” manifestó al finalizar.