César Benítez, presidente de Plano a Plano, explica que Latinoamérica es un territorio clave para la expansión internacional de la productora. “Compartimos una lengua y hay una clara cercanía cultural entre España y Latinoamérica que hace posible que muchos de los proyectos que desarrollamos tengan sentido en ambos territorios. Además, existe un enorme talento a ambos lados del océano que queremos aprovechar creando sinergias y estableciendo alianzas”.
Para él, las producciones fruto de la colaboración entre estas dos regiones hace posible crear proyectos más ambiciosos y son una fórmula idónea no solo para llegar a toda la comunidad hispanohablante, sino también para llevar sus historias más allá de los mercados naturales. “Así que para nosotros es un territorio fundamental en el que estamos trabajando activamente y esperamos poder anunciar colaboraciones próximamente”.
Esta productora española nació en 2010 con la misión de “contar historias volcando en ellas todo el esfuerzo y talento del que éramos capaces” comentó Benítez, aunque él lleva desde los 90 en la industria.
“Nacimos con la pretensión de alejarnos del concepto de factoría, dando a cada proyecto una unidad propia y convirtiendo así la honestidad profesional en el principal valor de la compañía. La credibilidad es nuestro patrimonio. A nosotros nos gusta decir que somos una productora boutique: hacemos series pensando en el cliente y de una forma totalmente personalizada, muy cuidada y casi diría hasta artesanal”.
Esto, asegura, los ha llevado a trabajar para prácticamente la mayoría de los operadores en España, desde cadenas de televisión a plataformas. “Y por supuesto, el principal valor de esta compañía es el equipo que está detrás de cada proyecto: creo que hemos conseguido integrar a los mejores profesionales de cada área (producción, dirección, guiones, posproducción, fotografía, arte…) que, sin duda, dan lo mejor de sí mismos para que cada proyecto supere todas las expectativas”.
Considera que España viene de una tradición en ficción de décadas “en la que unos pocos empezamos a forjar una industria a base de grandes series. Esa es la base sobre la que, en los últimos años y sobre todo gracias al boom que han tenido nuestras series en todo el mundo de la mano de la aparición de las OTT, han conseguido que nuestros productos se vean, aprecien y demanden en todo el mundo”.
Acotó que los estándares de calidad (la forma de rodar, de contar e incluso de posproducir) han cambiado y “en España hemos perdido los complejos. Antes producíamos para un mercado local, el español, y ahora nuestras series se estrenan simultáneamente en 190 países: ese cambio en la distribución ha hecho que nos arriesguemos con temáticas, contenidos y planteamientos, algo que ha dado sus frutos, como bien es conocido”.