Luis Estrada, considerado como uno de los cineastas mexicanos más polémicos por su forma de retratar la realidad social en México, fue homenajeado y reconocido por el Festival Internacional de Cine de Guanajuato con la distinción Cruz de Plata, y durante su intervención, aseguró que su más reciente película ¡Que viva México!, fue un éxito personal que logró posicionarse como una de las favoritas a nivel internacional, gracias a la proyección que le dio la plataforma Netflix; sin embargo, opinó que la mejor forma de impactar al público es a través de las salas de cine.
El creador de película como Un mundo maravilloso, La ley de Herodes, El infierno y La dictadura perfecta, habló sobre el trabajo detrás de su más reciente cinta ¡Que viva México!, que refleja la debilidad que tiene por este país y la cual fue hecha desde el movimiento de izquierda: “Esta película, en un inicio la produjo Netflix, a quienes le puse dos condiciones: una, que el título se mantuviera en español en cada país en donde se distribuyera, además de que no fuera doblada en otro idioma, con la intención de que la gente escuchara el lenguaje mexicano. De mis películas, esta es la que menos le ha gustado a la gente, pero sabíamos que esto pasaría antes de hacerla; sin embargo, me provoca orgullo saber que hice con ella lo que quise, incluso conseguir el financiamiento a un capricho de esas dimensiones. Eso se convirtió en un triunfo para mí”.
Durante su master class, Estrada explicó que aun cuando no tuvo buena recepción en las salas de cine, hoy en día ha sido vista por más de 25 millones de personas en Netflix, “se convirtió en primer lugar de vistas en EE UU, en Latinoamérica, algunos países de Europa y es la película en castellano que más vistas ha tenido, eso demuestra que hubo gente a la que sí le interesó”.
En cuanto a su postura sobre la relación entre el cine y las plataformas, el cineasta opinó que hoy en día, cuando los hábitos de consumo cambiaron a consecuencia de la llegada del streaming combinado con la pandemia, “pusieron al cine mexicano y mundial en un gran problema, porque la gente se acostumbró a que las películas llegarán tarde o temprano a estas nuevas ventanas, y que, si no son productos como Barbie, el público no saldría a las salas a ver cine de reflexión. En foros como este debemos hablar no solo de temas como la IA, también del futuro del cine como lo conocíamos, en donde las plataformas están produciendo películas que antes solo se podían hacer con dinero público”.
Agregó que uno de los principales problemas del cine en las plataformas es la gran cantidad de estrenos en simultáneo, “en donde las películas pasan desapercibidas y se convierten lo que llamábamos TV movies, eso es aterrador para mí”.
Finalmente, dijo que lo interesante del streaming es el acceso que te da a consumir contenidos en donde estés y a cualquier hora; sin embargo, “lo que pasó alrededor de ¡Que viva México! dejó claro que estas no son el mejor lugar para que una película se posicione en el imaginario colectivo, merece tener un espacio en las salas de cine, porque es la mejor forma de impactar al espectador. Es un enorme riesgo pensar que la gente deba disfrutar solo lo que las plataformas les ofrecen, porque si hay contenidos que de alguna forma no obedecen a intereses y estrategias comerciales del streaming, están condenados a la inexistencia. Es una combinación de cosas positivas, pero también de otras muy peligrosas”.