En cuanto al futuro, valora el mercado mexicano por su potencial cinematográfico y de series, aunque no descarta oportunidades fuera del país, audicionando desde CDMX. “Quiero capitalizar lo construido aquí, México seguirá siendo un mercado clave para el mundo hispanohablante” afirmó tras asegurar que también quiere continuar haciendo teatro desde su país.
Jiménez señala un declive en el impulso creativo posterior al boom de plataformas y producción durante la pandemia. “Hemos regresado al sabor telenovela, perdiendo oportunidades de cambio en series que pueden transformar el lenguaje y las narrativas” explica. Pero a pesar de esta tendencia, celebra producciones como El teniente Harina, de Paramount, y el trabajo en Ojitos de huevo, producción de Perro Azul para Netflix, destacando su originalidad en un entorno, a su juicio, saturado de melodrama.
Su preocupación radica en la complacencia del público ante este retorno al lugar seguro de las telenovelas. “Es un problema cuando la oferta se reduce a un solo género” comenta.
Su carrera, marcada por incursiones en cine, televisión y teatro, refleja una búsqueda constante de diversidad. “Mi deseo es continuar en los tres medios (cine, TV y teatro), participando en producciones bien realizadas y con pocos capítulos” expresó y citó los ejemplos de Belascoarán, producida por Perro Azul, y Contra las cuerdas, de Corazón Televisión, ambas para Netflix y en las cuales estuvo. En su trayectoria se suman además ¡Qué viva México! (Bandidos Films), Finlandia (The Aurora Project), Fear the walking dead (AMC Studios), El señor de los cielos y La doña (Telemundo).
Con una década en la industria audiovisual, Jiménez abraza el desafío creativo y la evolución. Aunque está en un periodo de descanso luego de grabar una película durante ocho semanas en Nuevo León para Pimienta Films, pronto volverá a hacer castings y buscar nuevas oportunidades.
Su agencia de relaciones públicas es GET y de management, Talent on the road.