Asistimos a un nuevo boom audiovisual en América Latina y el Caribe. En términos económicos, se estima que solo en 2019 se invirtieron alrededor de US$5.700 millones en producciones audiovisuales, impulsando la creación de más de 1,6 millones de empleos directos e indirectos en América Latina, según un estudio de Olsberg SPI. Las oportunidades que este fenómeno representa van más allá de la economía, ya que impactan en la identidad cultural y abren posibilidades para compartir historias con el resto del mundo. Además, surge una pregunta importante: ¿cómo se puede impulsar aún más el crecimiento del sector?
El informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) “Detrás de cámaras: creatividad e inversión para América Latina y el Caribe”, con el apoyo de Netflix, arroja luz sobre la necesidad de desarrollar capacidades y ofrecer formación al talento creativo para que la industria siga creciendo. La investigación se basa en los testimonios de casi 100 creadores emergentes, productores, ejecutivos de empresas de entretenimiento, colaboradores institucionales y asociaciones cinematográficas, que ayudaron a identificar las oportunidades y los desafíos.
Invertir en capital humano
En una encuesta realizada a más de 400 productores, el 58% opinaba que la región carece de talento con los conocimientos técnicos necesarios para trabajar en nuevas producciones. El estudio identifica dos grandes oportunidades para fomentar la formación de más profesionales en la industria audiovisual y lograr así el crecimiento de la mano de obra. La primera es la creación de cursos, programas académicos y opciones de formación adecuados dentro de la oferta de las instituciones educativas. Y la segunda es una mayor conexión entre los planes de estudio y la demanda del mercado.
“Las políticas y acciones conjuntas de los sectores público y privado deben centrarse no solo en los jóvenes que ya forman parte de la población activa, sino también en los que están por llegar. La educación debe dotar a los estudiantes de herramientas concretas: las necesarias para desenvolverse en la vida y que no se deprecian con el tiempo, al contrario, aumentan su valor y les permiten adquirir otras competencias. Los sistemas educativos tienen que invertir en competencias que podamos transferir de un trabajo a otro y que no se queden obsoletas o anticuadas” se señala en el informe.
Cualificaciones de la mano de obra para la producción audiovisual en la región
A medida que la industria se diversifica, innova y se acerca a las necesidades del mercado mundial, también es necesario mantener al día las competencias técnicas de los profesionales que se encuentran detrás de la cámara. Además de la rapidez con la que el mercado se transforma y se adapta a los cambios tecnológicos, las dificultades que encuentran los sistemas de educación y capacitación formales para responder a las nuevas exigencias son también un obstáculo para muchos profesionales del sector.
Además, el estudio hace hincapié en la urgencia de invertir y actualizar la formación de los profesionales de la industria creativa (también conocidas como competencias above y below the line) para que cumplan los estándares de calidad globales y homologados que exige la industria.
Nuevos centros emergentes, nuevas oportunidades
Dado que los países de la región se encuentran en diferentes etapas de desarrollo, el estudio también aborda cómo fortalecer la creación audiovisual en países con una industria más desarrollada, que buscan atraer inversiones globales, y también en mercados emergentes que aún están en proceso de desarrollar servicios de producción cinematográfica y centros audiovisuales para posicionarse en la región y en el mundo. El estudio destaca países como Brasil, México, Argentina, Colombia y Chile, donde ya se está potenciando la creación audiovisual como medio para atraer inversiones globales. También identifica nuevos polos emergentes en Uruguay, República Dominicana, Panamá, Perú, Ecuador, Bolivia y regiones de Argentina como Córdoba y Mendoza.
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