¿Cómo las series se convirtieron en un gran negocio? Esa fue la pregunta que motivó uno de los paneles del primer día de Natpe en el que estuvieron Francisco Ramos, VP de Originales para Latinoamérica de Netflix, y Jaime Dávila, cofundador de Campanario, productores de Selena: la serie, estrenada el mes pasado en la plataforma y cuya segunda temporada está en desarrollo y promete mostrar la vida de la artista cuando ya comienza a convertirse en una mujer independiente.
La producción, no siendo la primera que se ha hecho recientemente sobre la artista, ha sido tomada como uno de los ejemplos de éxito que Ramos mide así: “En su estreno Selena: la serie estuvo en el top 10 de 23 países”. Las razones tienen que ver con lo que podría ser el doble ámbito de la serie.
“Es un show superespecífico de una familia mexicano-americana, pero también es universal” dice Dávila. “Es la historia de la más famosa artista del tex-mex, pero es la historia de cualquier joven con un sueño. Eso es algo muy poderoso que cualquier historia debe tener” continúa el productor ejecutivo.
Otros valores de la producción son las canciones de la intérprete, que ya han incorporadas a la cultura pop latinoamericana.
Tanto Ramos como Dávila destacaron que parte de la estrategia para esta serie fue colocar detrás de las pantallas talento capaz de comprender el universo latino de esta serie, desde su creación, a cargo de Moisés Zamora. Escoger a una directora como Hiromi Kamata fue también una pieza clave para una historia que también es de género.