Marián Sánchez, fundadora de Storytelling Studio, afirma que el mayor proyecto cuando se está pichando una propuesta, “somos nosotros mismos, porque somos un compendio de grandes recursos”. Ello, porque si bien se puede salir de la reunión sin la aprobación del proyecto, se puede impactar de tal modo a quien escucha, que tengan lugar futuros llamados.
Por tanto hay que afinar habilidades, como transitar mejor la propia naturalidad sin perder la estructura de lo que se va a decir. Y sobre todo, conectar con el otro, especialmente con lo que necesita. “La naturalidad se cultiva, todo parte de tener un contenido muy estructurado. Es fundamental tener muy claro el propósito, para que al evocarlo, el discurso salga natural” explicó.
Sánchez insiste en la importancia del trabajo previo que hay que hacer, tanto en la preparación del contenido del que se va a hablar (con preguntas que ayuden a tener muy claro el tema, estructura, lo que se quiere contar y sobre todo, su intención) el conocimiento del interlocutor con el que se va a hablar (quiénes son, qué buscan, qué audiencia tienen, qué tipo de programas emiten) y la exposición en sí, que implica trabajar la naturalidad y gestualidad —la comunicación no verbal—, para lo cual hay que entrenar antes.
Advierte la importancia de escoger con cuidado las palabras que se dicen, recomienda no perder tiempo presentándose, usar frases “fuerza” y hacer ejercicios previos de relajación, tomar medidas como hidratarse antes, realizar rutinas como calentar la voz, al igual que los actores, relajarse o respirar antes y hacer todo aquello que haga a quien va a exponer, sentirse cómodo.