Para Ernesto Ramírez, director adjunto de Comarex, tras la llegada de las plataformas al mercado mexicano este dejó de estar controlado por dos grandes empresas, lo cual liberó la capacidad creativa, además de inyectar más recursos para la producción de historias de todo tamaño y presupuesto, incluyendo proyectos ambiciosos. Afirma que el control que hubo acotó la creatividad, y ahora toca al creador mexicano abrirse más.
Explica que México se está presentando como gran opción para la producción de contenido en la región, ejemplo de ello es que Netflix decida colocar toda su operación de habla hispana en este país.
“Estamos viendo que hay muy buenas historias que están saliendo a las plataformas, y México está en primera línea. También vemos cómo una historia argentina, La muchacha que limpia, se mueve a hacerse en México, porque el talento es más reconocido y el acento es más aceptado. Sin embargo, esto puede cambiar, como ha ocurrido en el pasado, con oportunidades que México dejó pasar” comentó Ramírez, tras destacar que, por ejemplo, México no es competitivo desde el punto de vista de incentivos a producciones, al tiempo que el talento se está haciendo más caro.
Series de ocho a diez capítulos con posibilidad de hacer más temporadas y contenidos que hagan sentir bien, es lo que busca el mercado, dice Ramírez, aunque comenta que para la TV abierta sigue funcionando la telenovela, porque se vuelve un producto que permite al televidente hacer otras cosas. Además, se está buscando comedia que pueda viajar y que no sea tan local.