El uso de videojuegos implica un consumo de 34 billones de watts-hora de energía eléctrica al año solo en EE UU, según el informe Playing for the Planet desarrollado por el programa ambiental de Naciones Unidas. Esto equivale a más de 24 millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono; sin contar que se estima que solo un 20% de las consolas se recicla, por lo que se proyecta que para 2050 estos residuos electrónicos alcanzarán las 120 millones de toneladas a nivel mundial.
“La huella de carbono del uso de videojuegos se compone de varios factores que ocurren en su cadena de producción y de consumo: desde la producción de las consolas, la programación de los juegos, pasando por el consumo eléctrico para su uso y lo generado por el descarte cuando aparece un nuevo modelo de consola y rápidamente se vuelven obsoletas” explica Federico Falcón, director ejecutivo de The Carbon Sink, organización dedicada a democratizar la posibilidad de medir y compensar la huella de carbono en Latinoamérica.
Trabajando con The Carbon Sink, la empresa argentina Nimble Giant Entertainment decidió entender su huella de carbono y desarrollar un plan de compensación, convirtiéndose en el primer estudio de videojuegos carbono-neutral de Latinoamérica.
“Ser pioneros en la neutralidad de carbono nos da la posibilidad de ser una inspiración positiva para nuestros consumidores, así como para otras empresas del sector” dijo Florencia Trotta, gerente de RRII y Sustentabilidad en Nimble Giant Entertainment.
En el último año, The Carbon Sink ha ayudado a medir y mitigar las emisiones generadas por eventos de tecnología como el Hackaton del IAE y el Campus Party Punta del Este. “Además, participamos como oradores en el Carbonotón de Colombia y el Campus Party de Buenos Aires y Punta del Este, que reúnen a especialistas en tecnología, para ayudar a difundir conocimiento en el sector en materia de clima y brindarles herramientas para tomar acción” agrega Falcón.
Ofreció tres recomendaciones para que las empresas de gaming disminuyan su huella de carbono: utilizar servidores basados en energías renovables o carbono neutrales; diseñar estrategias de economía circular para disminuir los desechos electrónicos, que incluyan educación del usuario, programas de recompra y recuperación y reciclaje; aprovechar sus sistemas y plataformas para generar conciencia, dar a conocer organizaciones o impulsar causas ambientales a través de sus sitios y juegos, y medir y mitigar sus emisiones, mediante créditos de carbono certificados.