Emiliana Ammirata fue becada por un programa de la Bienal de Venecia con el que está desarrollando Frontera, una experiencia en realidad virtual que pone al espectador en los pies de una migrante venezolana y en la posición de decidir cómo salir de su situación.
Ammirata empezó este proyecto antes de la pandemia y ahora se ha encontrado con que las oportunidades de financiamiento se han reducido en el campo de la realidad virtual, cuando antes estaban creciendo. “No se le están dando muchos fondos a la realidad virtual, porque tiene mucho tacto. Generalmente exponías en museos, o colocabas los equipos en sitios públicos para que la gente los usara” comenta. “Ahora la audiencia que nos queda son los gamers, pero quizás no sea un público tan interesado en estos temas”.
A Ammirata, basada actualmente en Londres, le interesa cualquier tipo de historia que pueda promover un cambio social. “Tengo una fijación profunda del documental, desde pequeña. He trabajado mucho en ficción y ahora creo que realidad virtual se presta para una audiencia más comercial, donde se podría hacer impacto”.
La joven directora venezolana, de 24 años de edad, trabajó antes en la producción del largometraje documental La causa, de Andrés Figueredo. Empezó como pasante en la productora Capitolio y a los 17 años se fue a estudiar en EE UU. Desde allá empezó a entender el mercado internacional de distribución, la importancia de llegar a ciertos festivales, aprendizajes que aportó para esta producción. “Muchos no saben cómo licenciar una película y sacarla de una manera más inteligente”.
La causa es un recorrido de diez años con handycam, go pro y cámaras sencillas dentro de la cárcel de El Rodeo, en Venezuela. El documental estrenó en 2019 en el IDFA y llegó el año pasado a Movistar+, en España. También lograron distribuirlo internacionalmente a través de Amazon y Apple TV.
Con su productora Discordia, está en la posproducción de Plástico o Los 10 mandamientos de un tirano, una sátira sobre un grupo de cineastas contratados por el gobierno venezolano para hacer propaganda política, rodada en Los Ángeles en septiembre pasado. También trabaja como asistente de producción en Esperanto Filmoj, la productora del mexicano Alfonso Cuarón.