Gustavo Sánchez, productor de la primera entrega de los premios INTE 2002, explica en esta correspondencia a todos los asistentes a la noche de gala el pasado jueves 30 de mayo en el Convention Center de Coconut Grove, algunas fallas de coordinación que hubo en la producción del show.Para: todos los miembros de INTE y participantes de la noche de mayo 30 del 2002.De: Gustavo Sánchez, productor ejecutivo de los Premios INTE 2002.Se que hoy 31 de mayo del 2002 las opiniones sobre Gustavo Sánchez como productor son mezcladas. Algunos de ustedes se acuerdan de mi madre, otros de mi padre.Les puedo dar mil excusas de porqué no fue una noche perfecta, pero todas serían excusas, válidas algunas, otras no, pero al fin y al cabo, excusas. Yo me impuse un reto, se lo impuse a otros, y fallé, yo acepté el reto, y no cumplí con todos los objetivos. Les pido perdón, y asumo toda la responsabilidad. La culpa no es de Izarra, Produ, o INTE. Y mucho menos de mi equipo de trabajo que se dejó la vida en este proyecto. ¡La culpa es mía! El barco se me fue de las manos. He pasado por el inigualable dolor de la vergüenza. La vergüenza de no haber producido la noche perfecta y de por primera vez en mi vida, no cumplir mis promesas. Siento la humillación de que artistas, creativos y ejecutivos que asistieron, no recibieran el homenaje que se merecían y que se les había prometido. Sin querer, y sin poder evitarlo, le falté al respeto a artistas y a gente que me había dado su confianza. No me escondo tras ninguna excusa. Las excusas son para los cobardes y los débiles. A todos los asistentes, perdón, ustedes merecían más y mejor. A mis socios y a ustedes, les pongo mi renuncia en las manos. Pero quiero también recordarles unas cosas, no a modo de que perdonen por mis errores y desatinos, se que algunos de ustedes jamás lo harán, pero a modo de que vean el otro lado de la moneda y crean en el Premio INTE…Quizás porqué estoy loco, quizás porqué llevo sin dormir 9 días, pero empiezo a sentir que anoche no fue tan terrible como yo lo siento, ni tan terrible como muchos de ustedes piensan que fue. Siendo honestos con ustedes y conmigo, hace 75 dias, cuando se empezó realmente a parir el evento, ninguno de ustedes, ni siquiera mis socios, y mucho menos yo, podíamos sospechar que lo que ocurrió el 30 de mayo podía ocurrir. La primera entrega del INTE no fue perfecta, pero sin duda fue espectacular y fue sin duda histórica, y sin duda, somos todos un poco mejores por ella!!!Hoy por primera vez en mis 27 años como profesional de esta industria, puedo decir que vi artistas latinos de canales y cadenas competitivas de 21 países, cenando juntos y compartiendo un mismo escenario. Y lo curioso, es que también los ví hoy en televisión, por Univisión y Telemundo. Anoche y esta madrugada y durante todo el día, he visto las 8 cintas del programa una y mil veces. Imágenes que me han hecho llorar, y no de vergüenza, eso fue antes, llorar de emoción. Porque ví a la señora Susana Giménez, la vi resplandeciente, la vi Diosa. A Lucía Méndez, tan bella y diva como cuando la conocí. Vi a María Alejandra Requena hermosa y radiante, a Julián Weich brillante. Camila Canabal, tan fina y con tan buen gusto. Mauricio tan efusivo y agradable como siempre. Vi a Jorge Arevena mencionando a RCTV y Venevisión en un mismo respiro. A Margarita Ortega saludando a Colombia, ¡soberbia! Vi a Giselle Blondet, como siempre la veo, con amor y respeto. A Daniel Sarcos, sobrio y desenvuelto.Vi a Araceli González y Fernando Carrillo del brazo, estrellas, generosos. A mi querida amiga María Elvira Salazar, tan compuesta y digna como siempre. Vi a Nelson Bustamente, y entendí porqué Venezuela se atrevió a soñar. Y a Marián de la Fuente, regia, hermosa, impecablemente vestida, y con mantón de Manila. Como escritor amateur, vi a uno de mis ídolos, al genial creador de Betty, Fernando Gaitán. Vi a la carismática y divertida Elba Escobar, y el irreverente y gracioso Julio César Herrera. A la señorial Rocío Sánchez Azuara, y la hermosísima Viviana Gibelli. Al caballero, Roberto Escobar. Vi a la señora Delia Fiallo y a Napoleón Bravo, pudiendo hablar libremente y sin miedo, como lo han hecho siempre. Maritza Rodríguez, espectacular! A Winston Vallenilla, grande como la vida misma, refrescante, verdadero. A Teresa Rodríguez, tan señora y hermosa. Vi a Emmanuel Ortega, con su frescura y a Verónica Orozco, talentosa y creativa. Vi a mi amigo Luca Bentivoglio, el único que me mando un e-mail de ánimo post mayo 30. Y a una artista a quien me enorgullece representar, Guelmarí Oppenheimer.La fantástica y bella Eliana Lopez y el cariñoso y genuino Roberto Mesutti. Vi juntas a la talentosa Ana Patricia Candiani y a Candela Ferro, compatiendo el mismo escenario otra vez, algo que a mi personalmente me significa mucho. A la señora y dama, Angélica Aragón. Vi a Maria Celeste Arrarás junto a Raúl de Molina, con las manos entrelazadas y valentía como sólo ellos dos. Y finalmente vi a Adrián Suar, una estrella nominada al Óscar, dejando lugar al homenajeado, respetuoso, humilde en su grandeza. Vi a mi querida Marta Susana, como siempre, brillante y distinguida y como se dice en el mundo de la tauromaquia, siempre al ¡quite! Y vi lágrimas en los ojos de Chespirito y vi a Florinda Meza besarle innumerables veces y estar genuinamente emocionados. Y supe que no había otro quien mereciera ese premio más que él. Y eso amigos míos, nunca lo había visto, en un mismo lugar, a la misma hora en un mismo escenario. Y con toda honestidad, ustedes deben admitir que tampoco.Agradezco a Richard y Roko Izarra por la oportunidad que me brindaron de compartir su sueño. A todo el equipo de Produ que se dedicó en cuerpo y alma a este evento y a esta locura, y que pusieron su reputación en la línea creyendo mis arengas (Pancho, Sebastián y demás). A mi equipo de trabajo por haber dado más de lo que se debe dar y por mucho menos de lo que valen, es más, casi todos trabajaron gratis o por intercambio. Muy en especial a Nina Surel, Errol Falcón, Rolando Loewenstein, Washington, Alain, Dayanira, Mari y Gabriel, Paola, Carla, Ysée, y al pequeño equipo al que impuse el inmenso peso de trabajar por 60 personas. A nuestros socios y patrocinadores que dieron su trabajo y equipos gratis o a precio mínimo, y que apoyaron para que el premio INTE se hiciera una realidad. A la INTE, por su sorprendente apoyo…A todos los artistas, ya que sin ustedes, INTE no existiría, no habría televisión. En mi afán de homenajearles, prometí más de lo que pude cumplir, lo siento.Y finalmente, mi más profundo y sincero agradecimiento a tres profesionales sin los cuales, esta noche realmente hubiese sido un desastre. Él, alguien a quien conocí hace dos dias. Brillante, imperturbable, concentrado, enfocado, carismático, eficiente y un profesional como la copa de un pino: el señor Marco Antonio Regil. Nuestra invitada de honor, una comediante tan fina y tan real que a veces me hacia dudar de quien era, si Tati Guerrero, o mi querida Tita Guerra. Ella, alguien a quien la gente me acusó de poner a presentar porqué era mi cliente. Pero creo que esa noche demostré que mi elección fue basada en mérito, y no en favoritismo. Su profesionalismo, su carisma y su entereza y fuerza en una noche muy difícil, demuestran que no me equivoqué en todo y que ella no me necesita, ella se puede ganar cualquier escenario. Candela Ferro, te respeto y te quiero, gracias.Y para irme a dormir después de 9 días: Cúlpenme de todos los errores, ódienme y destrózenme. Pero por favor, no destrozen el sueño, sean parte de INTE y hagan esto todos los años.Como consuelo, me digo a mi mismo que habré cometido muchos fallos, pero me voy a dormir tranquilo sabiendo que cenaron de maravilla, que bebieron como príncipes, que fumaron donde era ilegal hacerlo… Que les vi abrazándose, hablándose, y compartiendo como amigos. Dejo dos legados, de los cuales si me siento muy orgulloso, que los premios INTE que se llevaron a casa, no los compraron, no se los regalamos, no comprometimos, fueron ganados en buena lid.Y finalmente, yo fui el primero en creerlo, me atreví a decirlo, y se los demostré: ¡Unidos somos mejores! Gustavo Sánchez.