Labo Digital trabaja como un end to end vendor para Netflix, lo que les da una reputación importante que respalda los años y la experiencia que tienen en el mercado. Pero también prestan los servicios de laboratorio, un servicio que ha tenido un nuevo aire durante la pandemia.
“Ha habido un movimiento interesante de renacimiento de captura de imagen análoga. Ampliamos los servicios a 8 milímetros y hemos podido ver que las cotizaciones, los servicios y una campaña importante que hemos hecho con Kodak, a través de talleres, han dado sus frutos” dice Charles Barthe, CEO de Labo Digital.
Esto ha impactado positivamente la demanda en materiales fílmicos. Están trabajando en la película del venezolano Lorenzo Vigas, La caja, filmada completamente en 35 milímetros. “Es interesante ver como toda esa noción, y toda esta pandemia, que pone en riesgo de alguna forma la propiedad intelectual, ha despertado en el inconsciente colectivo del mundo audiovisual la necesidad y voluntad de tener, de transmitir, a través de un elemento tangible, su propiedad intelectual. Eso es en la adquisición de imagen, pero también es a través de todas las estrategias de preservación que hemos desarrollado a lo largo de los años”.
La paralización de las producciones que ha traído la pandemia también ha dado una segunda oportunidad a catálogos y librerías viejos, por lo que también aumentó la demanda de digitalización y remasterización. “Varios productores que tenían películas en latas necesitan remasterizar a las normativas actuales a las distintas OTT”.