¡Si se triunfa en México se tendrá éxito en toda la región! Es un dicho casi ley en el entretenimiento internacional. México, el gran mercado castellano hablante, es el objetivo de toda la industria: el más grande, el más generoso y el que actualmente tiene las puertas abiertas al mundo. El ser vecino y socio comercial de EE UU, el mayor exportador de contenido, ha influenciado en cierta manera a los mexicanos en ver al mundo entero también como su mercado, y así como el tequila, los mariachis y los tacos han conquistado muchas partes del planeta, su telenovela comenzó hace más de 35 años a penetrar territorios cercanos y lejanos, abriendo el camino de un género que ha creado una fuerte industria para los latinoamericanos y ahora para países de otros continentes como Turquía, Corea del Sur, Grecia e India.Dos grandes empresas con ese arrojo global han sido clave en la internacionalización del brand mexicano. Por una parte, Televisa, que hace más de 60 años generó a su manera el melodrama, primero en radio y luego en TV. En su misión como grupo se ha propuesto ser líder en la producción de contenido en castellano y estar a la vanguardia de la tecnología y las tendencias. Así, fue el primero en lanzar un canal de noticias internacional, ECO,arrancar con la TV paga, el HD, lo digital, la visión 360o y, recientemente, crear un servicio de streaming, Blim, para competir con marcas mundiales como Netflix.Ese mismo espíritu hizo que en los años sesenta adquiriera una estación de TV en Texas que dio el inicio a lo que hoy es Univisión, la primera cadena de TV de EE UU hispano. También se alió a las principales televisoras de la región para armar acuerdos de programación y ha sido un agresivo comprador de las mejores historias y guiones que se han generado en Argentina, Colombia, Brasil y ahora Turquía. Es socio de firmas como Sony en la producción de súperseries modernas, y en estos momentos desarrolla una nueva generación de contenidos que incluye series de alto nivel, telenovelas cortas y micros web.En España se asoció con La Competencia, una compañía creadora de formatos que están exportando con éxito a territorios importantes de Europa y Asia a los que aún no había llegado.La otra empresa es el Grupo Carso de Carlos Slim, que le ha dado un impulso a las telecomunicaciones, tanto en México como en Latinoamérica, con empresas como Telcel que maneja más del 70% de los 80 millones de celulares en el país con un market share de más de US$45 mil millones. Se expandió a casi todos los países de América Latina, EE UU, Holanda y Austria con su trasnacional América Móvil y su marca comercial Claro, que ha ingresado con fuerza al mercado del video y la producción original de contenidos, especialmente los seriados. Se le ha reportado tener unos 160 mil empleados y entradas de más de US$65 mil millones. También adquirió DLA, Digital Latin America, empresa pionera en la distribución de contenidos digitales que le complementó su operación de video en la región. Como plaza de producción, México cuenta con locaciones increíbles de todo tipo y una infraestructura de foros, crew y talento que a menudo usa la industria de Hollywood. Ahora, la sensación de la cinematografía estadounidense es la dupla mexicana conformada por el director Alejandro González Iñárritu y el DP Emmanuel Lubezki, ganadores del premio Óscar y cuya tarifa ha ascendido a unos US$2 millones por proyecto más la participación mundial en los resultados de la película. Argentinos, colombianos y venezolanos, principalmente, trabajan en la actualidad codo a codo con los mexicanos en todos los roles de la producción, tanto delante como detrás de cámaras, y las principales empresas de formatos del mundo tienen oficinas en CDMX. La más reciente en anunciar operaciones con presencia física fue la israelita Keshet, una compañía aún poco conocida pero que refleja que internacionalmente México its a MUST.